¿Cómo puedo llevar mi gato a la clínica? La visita al veterinario puede resultar una situación muy estresante para los gatos y sus cuidadores.
¿Cómo puedo llevar mi gato a la clínica? Los gatos, al igual que los perros, necesitan ir a la clínica tanto para sus vacunas como para sus revisiones o tratamiento de enfermedades. Los gatos son animales muy particulares y cualquier pequeña alteración en su entorno puede afectarles originándoles una situación de estrés más o menos intensa.
Los gatos son animales cuyo comportamiento es muy distinto al de los perros, aunque en ocasiones nos encontramos con lo que llamamos los «gatoperro» pues ciertamente se comportan más como un perro que como un gato, pero son las excepciones. A los gatos les gusta tener controlado su territorio y lo que en él se encuentra, por lo que pequeños cambios en ese entorno puede afectarles mucho. Por ello, cuando sacamos al gato de su entorno controlado, como es el caso de la visita a la clínica veterinaria, sufre una situación de estrés que puede ser muy intensa.
Para intentar evitar estas situaciones lo ideal es que la clínica no se encuentre muy alejada de donde vive el gato, reduciendo así el tiempo de transporte hasta llegar a ella.
Deberíamos tener un transportín adecuado para este fin. Los que nosotros aconsejamos son los de plástico fuerte, ya que es un material fácil de limpiar, sobre todo si nuestro gato vomita o realiza sus eliminaciones en él debido a ese estrés. Sería interesante que el transportín tuviera una puerta en la parte superior para poder acceder a él con más facilidad.
Deberíamos acostumbrar a nuestro gato al transportín desde pequeñito, haciendo que utilice el transportín como lugar donde esconderse o descansar, incluso para comer. De esta forma el gato va a ver el transportín como un sitio seguro y conocido por lo que costará menos introducirlo en él para llevarlo a la clínica. Dentro podemos ponerle objetos familiares para el gato ya que esto ayuda a que se sientan más tranquilos.
Para el viaje debemos cubrir el transportín con algún trapo ( sábana, toalla, etc.) pues esto también ayuda a que vayan más tranquilos. El transportín hay que situarlo entre el asiento trasero y el delantero de forma que tenga estabilidad y no se mueva durante el viaje, evitando así también que pueda golpearse.
Para que el viaje sea más tranquilo aún podemos utilizar, tanto en el transportín como en el coche, las feromonas sintéticas que hay formuladas para su uso en gatos ya que son las mismas que los gatos liberan en los sitios en los que se encuentran seguros y cómodos y por lo tanto nos van a ayudar a que viaje más calmado. esas feromonas hay que aplicarlas, tanto en el transportín como en el coche una media hora antes de su utilización y del viaje.
Es importante también que cuando vayamos a ir a la clínica hayamos concertado antes una cita para así evitar esperas que puedan hacer que nuestro gato se ponga cada vez más nervioso, sobre todo si la clínica no tiene salas de espera acondicionadas para perros y gatos.
Si a pesar de todo esto nuestro gato se pone agresivo y no podemos meterlo en el transportín es importante que contactemos con la clínica para que nos den instrucciones sobre cómo podemos manejar la situación pues forzar la situación puede ser peligroso tanto para el gato como para los cuidadores del mismo.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info