
Desparasitación en los gatos.

Desparasitación en los gatos. Es una de las principales medidas para prevenir enfermedades en nuestros gatos y en las personas que con ellos conviven.
La desparasitación, tanto interna como externa, de nuestros gatos cumple dos funciones muy importantes. Una es evitar que nuestro gato enferme y otra que sea fuente de enfermedades para otros animales o personas.
Los gatos pueden tener parásitos desde poco después de su nacimiento su nacimiento e incluso ya pueden adquirir ciertos parásitos durante la lactación. Esto puede dar lugar a que estos gatos estén más débiles debido a que aún tienen un sistema inmunitario inmaduro. Debido a esa inmadurez inmunitaria pueden sufrir trastornos por la presencia del parásito (procesos digestivos que cursan con vómitos, diarreas, obstrucción intestinal, invaginación intestinal y también cuadros respiratorios, mal estado del pelaje, anemia, etc.) . La debilidad que producen en el animal afectado predispone a otras enfermedades como infecciones en piel por bacterias y hongos; enfermedades como panleucopenia felina; etc.
El gato adulto también puede adquirir parásitos, tanto internos como externos y padecer enfermedades. Las hay digestivas debidas a la acción del parásito ( vómitos, diarreas, etc.), respiratorias ( por acción del parásito o por hipersensibilidad), toxoplasmosis, dermatológicas por larvas de filaria, etc.
También hay problemas derivados de los parásitos externos, tanto por las lesiones dermatológicas que producen como enfermedades a otros niveles. Los parásitos pueden actuar como vectores de otros agentes infecciosos, ocasionando la aparición de dirofilariosis, Thelaziosis, leishmaniosis,bartonellosis, hepatozoonosis, etc.
Nuestros gatos también pueden actuar como agentes que van a propagar estas enfermedades tanto a otros gatos como a los seres humanos. Esto tiene mucha más importancia, sobre todo cuando sabemos que los más afectados son las personas con el sistema inmunitario más debilitado. Debemos ser más cuidadosos si hay niños, pacientes oncológicos, personas con enfermedades inmunodepresoras o con tratamientos inmunodepresores, ancianos, etc.). Las personas pueden contraer la toxoplasmosis, la leishmaniosis, la dirofilariosis, padecer problemas oculares por larvas migrans, enfermedad del arañazo del gato, fiebre Q, etc.
En relación a la toxoplasmosis, esa enfermedad que tanto comentan los médicos en el caso de las mujeres embarazadas, nuestros gatos pueden adquirir el parásito cuando comen carne sin cocinar. Esto puede ocurrir en gatos cazadores de pájaros, ratones, etc. El contagio a la persona se produce por la ingestión de los huevos del parásito que son eliminados en las heces del gato. Para ello los huevos deben permanecer varios días en el medio (para ser infectantes) y la persona debe ingerirlos.
Es por ello que se aconseja que las mujeres embarazadas no se encarguen de la limpieza de los areneros de los gatos o, si se hace, que sea con guantes e incluso con mascarilla. El riesgo de este parásito en las mujeres embarazadas es que puede pasar al feto y originar problemas muy graves. Los huevos de parásitos, que están en la tierra, acaban en las verduras tales como pueden ser las lechugas. Si no las lavamos muy bien antes de comerlas tenemos el riesgo de ingerir esos huevos y desarrollar enfermedades.
Para prevenir estas enfermedades en nuestros gatos y en las personas es por lo que en muchas regiones se obliga a la desparasitación anual. Esta desparasitación está bien pero que es insuficiente para poder controlar el problema. Lo ideal es la desparasitación interna de nuestros gatos, como mínimo, cada tres meses. En ocasiones, sobre todo en gatos que se consideran de riesgo ( que viven en el campo o que pasan mucho tiempo en el exterior), la desparasitación debería ser incluso mensual para tener controlado ese riesgo.
En el caso de los parásitos externos, las medidas de prevención van a variar dependiendo de varios factores. Podemos citar la zona en la que vive el gato, el tipo de parásitos de esa zona y las enfermedades vectoriales que se dan en ella, a parte del ritmo de vida que tenga el gato (si es de interior o tiene acceso al exterior).
Debemos consultar a nuestro veterinario el plan de actuación para nuestro gato en concreto pues, como decía arriba, el plan varía según cada caso.
Hay gran variedad de productos antiparasitarios externos e internos. Los hay en forma de comprimidos, pastas, pipetas, collares, etc. Los productos también pueden servir para prevención y tratamiento de parásitos externos e internos a la vez.
Las enfermedades que pueden adquirir nuestros gatos pueden ser muy graves y pueden poner en peligro su vida. Hay enfermedades que se pueden curar pero otras no llegan a curarse nunca y eso va a disminuir la calidad de vida de nuestros gatos y la nuestra ya que habrá que estar medicándolos de por vida y realizando controles periódicos. Pero no olvidemos que en muchas ocasiones estas enfermedades pueden terminar con la muerte de nuestros animales.
No debemos olvidar nunca que la mejor medicina consiste en evitar las enfermedades y, en este caso, podemos hacerlo fácilmente siguiendo los consejos que nos de nuestro veterinario.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info