Educación de los cachorros.Consejos para los «padres primerizos».
Es precisamente a esta pregunta sobre la enseñanza para la eliminación a lo que nos vamos a dedicar hoy. En artículos posteriores hablaremos sobre otros consejos para la educación de los cachorros.
En el caso de los gatitos no suele haber problemas en este sentido. Basta con colocar una bandeja con el sustrato adecuado donde queramos que el gato hago sus deposiciones y, casi con toda seguridad, el gato se dirigirá allí a la primera sin mayor problema.
Una cosa sí es importante: hay que situar la bandeja alejada de donde tenga su agua y comida y, además, mantenerla limpia. La limpieza de la bandeja debe hacerse con regularidad pues los gatos son animales muy aseados y no les gusta encontrarse con su bandeja sucia, llegando a hacer sus deposiciones fuera de ella cuando no la encuentra en perfectas condiciones.
Los sustratos que se utilizan a día de hoy nos permiten recoger las heces con suma facilidad y retirarlas del arenero, mientras que en el caso de la orina, basta con cubrir la zona utilizada, removiendo un poco el sustrato y renovar dicho sustrato periódicamente. Quiero aprovechar estas líneas para recordaros que las mujeres embarazadas no deben ocuparse de la limpieza del arenero o, si tienen que hacerlo, utilizad siempre unos guantes ( de esta forma evitaremos el riesgo de contagio de la toxoplasmosis del que tanto os hablarán en la consulta ginecológica).
En relación a los perritos, la cosa se complica un poco pues no tienen tan instalado en su instinto ese componente higiénico de los gatos y debemos por tanto educarlos para que realicen sus deposiciones donde nosotros queramos.
Cuando el cachorrito llegue a casa y haga su primer pipí, debemos mojar un trozo de periódico en él y llevar ese trozo de papel al sitio donde queramos que elimine nuestro perrito. Aunque el papel se seque, quedará impregnado el olor y el perro lo percibirá aunque nosotros no nos demos cuenta.
Es muy importante ser constantes pues así será más rápido el aprendizaje. Cada vez que el perrito vaya a hacer sus deposiciones, si adopta la postura debemos cogerlo y llevarlo al papel. Si ya ha empezado, fuera del papel, podemos asustarlo, con una palmada fuerte por ejemplo, y llevarlo a su papel. Si no lo vemos y nos encontramos con el pipí o la caca en el suelo, debemos limpiarlo, mejor sin la presencia del cachorrito, intentando establecer comunicación con él en ese momento.
Debéis recordar que si le regañamos pasado un breve periodo de tiempo desde que ha hecho sus deposiciones, el cachorrito no asociará la regañina a eso y no servirá de nada, es más, podemos crear otros problemas si él asocia la regañina a otra acción realizada. Por otra parte os recomiendo que os olvidéis de esa costumbre tan arraigada de restregarle el hocico en el pipí o la caca pues lo único que vais a conseguir es que pase un mal rato, que se ensucie y que os ensuciéis vosotros.
Cada vez que el cachorrito acuda al papel a hacer sus deposiciones debemos premiarlo. Hay quien recomienda las caricias y palabras cariñosas y hay quien recomienda los premios (adecuados para los perros). Si se les da premios, hay que recordar que siempre aportan calorías y que, por tanto, debemos restarlas de las que les aportamos con su alimentación para evitar el sobrepeso (tan frecuente en nuestros animales). Es importante que utlicéis los premios sólo para estas ocasiones pues así ellos los asociarán con esas ocasiones en concreto. Con el tiempo, conforme el perro vaya a su sitio sólo, los premios se pueden ir espaciando.
Cuando los perritos comen, sobre unos cinco o diez minutos después se les estimulan las ganas de eliminar y es ahí cuando hay que estar más atentos para poder detener el acto si los pillamos «in fraganti» y llevarlos a su papel. El trozo de papel de periódico que uséis para esto, cada vez puede ser más pequeño pues el perro ya va asociando la zona donde está ese trozo con la que debe utilizar para sus deposiciones.
Una vez que empiecen a salir a la calle, no olvidéis llevar sus premios para utilizarlos cuando vaya eliminando en la calle, eso sí, intentando utilizar zonas adecuadas para ello y evitando las aceras, jardines y, por supuesto, zonas de juego para los niños ( recordad que nuestros animales pueden tener parásitos y al defecar en zonas de juego de niños podemos facilitar su transmisión a ellos).
Cada perrito es un mundo. Unos tardan un poquito más, otros menos pero, siguiendo una rutina constante, veréis qué pronto aprenden a hacer sus cosas en el sitio adecuado.
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Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES /Granada) y de tuveterinario.info