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Mi gato no puede levantarse.

Mi gato no puede levantarse.

Mi gato no puede levantarse.

Mi gato no puede levantarse. ¡Cuidado! Cuando se presenta este problema en un gato podemos estar ante un proceso muy grave.

Mi gato no puede levantarse. En numerosas ocasiones nos encontramos en la clínica con este problema. Cuando un gato no puede levantarse o deambular con normalidad podemos estar ante un proceso muy grave y debemos ponernos en acción cuanto antes.

Existen diversos motivos por los que un gato no pueda levantarse o deambular con normalidad. Entre ellas podemos citar problemas de tipo infeccioso (vírico) o parasitario (toxoplasmosis); procesos traumáticos que afecten a la médula espinal provocando compresiones, luxaciones, hernias discales, fracturas vertebrales, etc.; toxiinfecciones (botulismo); enfermedades neuromusculares; neoplasias a nivel medular; etc;

Como vemos hay muchas posibles causas que originan esa debilidad o impedimento para que nuestro gato se levante o deambule bien pero hoy quiero hablaros un poco de una de esas causas y que es de frecuente presentación en la clínica felina: se trata del tromboembolismo aórtico felino.

Esta enfermedad consiste en que se produce un trombo a nivel del corazón y se moviliza a través de la arteria aorta hasta que se detiene en la bifurcación de las arterias ilíacas disminuyendo o impidiendo el riego hacia el tercio posterior del gato.

Este proceso suele derivar de una afección cardiaca, una cardiomiopatía hipertrófica la cual, a su vez, puede ser debida a problemas de hipertensión sistémica o por problemas endocrinos como el hipertiroidismo. El caso es que debido a esta afección del corazón se produce una dilatación auricular izquierda y en esa aurícula es donde se forma el trombo que puede movilizarse hasta llegar a la bifurcación de la aorta originando el problema.

Suele ser un problema que se manifiesta de forma aguda y el propietario suele notar que su gato tiene dificultad o le es imposible levantarse de las patas traseras o, si lo hace, deambula de forma anómala. Junto a esto notamos que el animal tiene dolor, que llega a ser severo, y puede volverse agresivo y defenderse cuando queremos tocarlo. En estos casos es muy importante el que acudamos con urgencia a nuestro veterinario.

En una exploración más detallada en la clínica el veterinario puede apreciar un pulso débil o inexistente en las patas traseras, coloración violácea de las almohadillas traseras y que las patas traseras tienen la temperatura más baja que el resto del animal ( todo esto es debido a la falta de riego sanguíneo en las mismas).

Al auscultar al gato se podrán apreciar soplos y/o arritmias y en un estudio más detallado habrá que realizar radiografías, ecografías y analíticas para intentar localizar el origen del problema.

Una vez que se diagnostica el problema hay que recurrir a instaurar un tratamiento tanto para resolver el tromboémbolo como para tratar la causa primaria que ha dado lugar a su formación. Esto es algo que realizará el veterinario pero siempre sabiendo que es un proceso muy grave y que en bastantes ocasiones no acaba por resolverse con tratamiento médico ni quirúrgico y que, dependiendo de la calidad de vida que tenga el gato, puede ser que haya que plantear un sacrificio humanitario del mismo.

Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info

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