Hernias en los perros. Las hernias son muy habituales en nuestros perros y pueden originar complicaciones que llegan a ser muy graves.
Hernias en los perros. Las hernias son procesos muy frecuentes en nuestros perros, tienen distintas localizaciones y pueden llegar a originar trastornos muy serios que pueden poner en serio peligro la vida de nuestros animales aunque su tamaño sea muy reducido.
En primer lugar vamos a definir someramente lo que se conoce por una hernia. Podríamos decir que una hernia es la salida completa o en parte de un órgano a través de un defecto de la pared de la cavidad en la que se sitúa ese órgano en condiciones normales.
Decíamos al principio que las hernias pueden tener diferentes localizaciones, pero nos vamos a centrar, sobre todo, en las hernias abdominales craneales, caudales y perineales.
Además de clasificar las hernias por su localización, también podemos hacerlo por su origen. Así tenemos las hernias congénitas, que son aquellas originadas por un defecto de la pared que ya existe en el momento de nacer el perro, aunque a veces su aparición se produce pasado un tiempo. Estas hernias pueden tener un componente hereditario tal y como se ha comprobado en los numerosos estudios realizados.
Junto a las hernias congénitas tenemos las hernias adquiridas, que son aquellas en las que el defecto de la pared se va a producir después del nacimiento del perro y cuyo origen principal es el traumatismo externo producido de una forma repentina ( mordedura, atropello, etc.). En el caso de estas hernias adquiridas debidas a un traumatismo, no debemos olvidar que la hernia es un problema, pero que también puede haber otras lesiones internas mucho más graves que la lesión de la pared corporal que ha originado la hernia y que pueden poner en riesgo inminente la vida de nuestro querido perro.
Cuando el contenido de la hernia puede volver a recolocarse en su posición original, se dice que la hernia es reducible. El hecho de que podamos reintroducir el contenido a su posición original no debe hacer que nos confiemos. En ocasiones puede pasar un órgano, tal como una porción intestinal, y quedar estrangulado por el anillo herniario. Al quedar el segmento intestinal estrangulado se dificulta la circulación sanguínea y puede aparecer una lesión muy grave en ese fragmento de intestino ya que, por esa falta de aporte sanguíneo, se produce la muerte del tejido afectado, y por tanto debe recurrirse a su extirpación de urgencia. Estas son las conocidas como hernias estranguladas.
Las hernias umbilicales, las inguinales y las perineales son las que se suelen presentar con más frecuencia en la clínica y son las que los cuidadores de perros aprecian más fácilmente pues se ven a simple vista mientras que otras, como la hernia peritoneo-pericárdica, requiere de estudios de imagen para su diagnóstico.
Es muy importante tener siempre presente que la gravedad de una hernia no sólo depende de su tamaño pues, si se produce algún estrangulamiento de una víscera herniada, aunque el tamaño de la hernia sea muy pequeño, el proceso será muy grave. Por ello, si nuestro perro tiene una hernia y observamos que se endurece y adquiere una coloración que primero es rojiza y luego tiende al morado, habría que contactar con urgencia con nuestro veterinario pues puede que nos estemos enfrentando a una hernia estrangulada.
Queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis consultar vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info