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Hipovitaminosis A, una enfermedad muy frecuente en las tortugas.

Fotografía por Mia Febles

   La hipovitaminosis A o deficiencia de vitamina A es una enfermedad muy frecuente en la clínica de reptiles, sobre todo los quelonios ( tortugas y galápagos), aunque también se ha descrito su presentación en iguanas y otros saurios.

   La mayoría de las enfermedades que se presentan en los llamados animales exóticos o NAC ( nuevos animales de compañía), se deben a un mal manejo, es decir, no se les ofrece un alojamiento adecuado a cada especie, mala regulación de la luz o de la temperatura, alimentación inadecuada, etc.

   El caso de la hipovitaminosis A viene dado por un problema en la alimentación del animal. Cuando una tortuga, por ejemplo, nace, tiene reservas de esta vitamina durante unos meses pero, si no se aporta luego con la dieta, aparece la carencia. Esto suele ocurrir al alimentar al animal con dietas pobres en esta vitamina, como es cuando sólo le aportamos las conocidas gambitas secas (gammarus), pollo y otros alimentos similares.

   Cuando la tortuga lleva un tiempo con esta carencia empieza a mostrarse la sintomatología de la enfermedad, que se caracteriza por la inflamación de los párpados, que llegan a cerrar por completo los ojos (si se afectan los dos) y suele ser el motivo primero por el cual los dueños de tortugas acuden a la clínica veterinaria o requieren información. También pueden aparecer lesiones en la mucosa de la boca, de la nariz y procesos infecciosos en oído o en los pulmones. Sin tratamiento se puede producir la afectación de más órganos y llevar a la muerte de nuestra tortuga.

   Si nuestra tortuga ya está afectada debemos llevarla a un veterinario para que valore su estado, instaure el tratamiento oportuno, que suele requerir la administración inyectable de vitamina A y antibioterapia, cuidado de los ojos y uso del colirio pertinente según su estado.

   Una vez estabilizado nuestro paciente, se recetará el tratamiento para continuarlo en casa y se darán las instrucciones pertinentes para que no vuelva a recaer en el proceso, recomendando una dieta específica para la tortuga o dar alimentos ricos en esa vitamina como pescado con sus vísceras, hígado, o vegetales como puede ser el brócoli si la tortuga es vegetariana.

   Recuerden que siempre que llegue un animal de este tipo a casa, tenemos que informarnos de todo lo relativo a sus cuidados para evitar caer en errores de manejo que hagan que nuestro animal enferme.

   Manuel Olivares Martín

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