Lo ideal sería que nuestro gato hubiera tenido una alimentación controlada durante sus etapas de crecimiento y adulta y que alcanzara esta nueva etapa de su vida con una condición física óptima, lo cual no ocurre la mayoría de las veces.
Con el paso de los años los órganos de nuestros gatos, al igual que ocurre en los perros y en nosotros mismos, van sufriendo un desgaste y ya no trabajan como lo hacían en las etapas precedentes. En la mayoría de los gatos los requerimientos energéticos en esta etapa van a disminuir sobre un 25-30% por lo que, si seguimos alimentándolos como hasta ahora, tenderán a ganar peso llevándolos, si ya no lo estaban, hacia el sobrepeso o a la obesidad.
El aparato locomotor también empieza a deteriorarse, con una disminución del tejido muscular y un desgaste más o menos acusado en las articulaciones. Recordad que son muy frecuentes los procesos de osteoartrosis en los gatos y que son difíciles de apreciar por el propietario.
La función renal es otra que también se afecta con mucha frecuencia en los gatos apareciendo una insuficiencia renal crónica que, de no tratarse, llevará a serios problemas debido a ella.
Pueden también aparecer problemas endocrinos (hipertiroidismo), cardiacos, dermatológicos, digestivos, etc. que también deben tenerse en cuenta a la hora de planear la alimentación de nuestros gatos. En nuestra clínica, la Clínica Veterinaria OLIVARES, aconsejamos la realización de un chequeo periódico a los gatos geriátricos y una vez que se determina su condición corporal y si aparece alguna alteración analítica, se procede a instaurar el régimen alimenticio más adecuado para nuestro gato, a la vez que se instaura, si es preciso, tratamiento para el proceso que padezca.
Hay muchos tipos de alimentos para gatos, tanto seco como húmedo, pero siempre debemos darles el que mejor satisfaga sus requerimientos energéticos y también, por qué no, sus gustos culinarios. Nosotros recomendamos la alimentación seca porque es muy equilibrada, fácil de dosificar, es muy palatable y también cómoda de administrar por parte de los dueños. Esto no quiere decir que las comidas húmedas sean peores pues, además, están recomendadas en una serie de enfermedades que afectan a los felinos, sino que preferimos las secas.
Si nuestro gato padece alguna enfermedad de las que antes comentábamos (hipertiroidismo, diabetes, artrosis, etc.) hay alimentos específicos para ayudar a controlar dichos procesos y debe ser vuestro veterinario quien os diga cuál es el que necesita vuestro gato.
En todo caso, recordad que la alimentación es básica para una buena salud y que es muy fácil tener bien alimentados a nuestros gatos. Si que os aconsejamos que consultéis con vuestro veterinario si es aconsejable realizar un chequeo a vuestro gato y, viendo los resultados, sea él quien recomiende la comida que debe tomar y, muy importante, la cantidad diaria.
Manuel Olivares, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES y de tuveterinario.info/tuveterinario