Mi gato padece cáncer. Nuestros queridos mininos cada vez viven más años y por ello es normal que cada vez se diagnostiquen más enfermedades relacionadas con la edad avanzada, como es el caso del cáncer.
Mi gato padece cáncer. Nuestros gatos viven cada vez más años. Al igual que ocurre con los seres humanos, la esperanza de vida de nuestros gatos ha aumentado, lo que conlleva la aparición de enfermedades que van ligadas a edades avanzadas, como ocurre con enfermedades como la osteoartritis y las enfermedades neoplásicas, entre otras.
Es importante que desde el principio distingamos entre neoplasia, tumor y cáncer pues muchas veces la gente confunde estas expresiones dando lugar a errores en su apreciación de la enfermedad que padece su animal y eso puede llevar a que se tomen decisiones erróneas en relación al tratamiento o no de la enfermedad.
Podemos decir que una neoplasia es una masa que aparece en alguna parte del organismo que tiene un crecimiento descontrolado. Esta neoplasia puede ser benigna (caso de una verruga por ejemplo) o maligna (caso del melanoma de piel). Es a esta neoplasia maligna, con capacidad para destruir tejidos en el mismo lugar de su presentación o provocando metástasis lo que conocemos por cáncer.
Un tumor, por otro lado, es una alteración en algún tejido del organismo que provoca un aumento de su volumen. Un tumor es un bulto, el cual puede ser benigno o maligno dependiendo de sus características.
Como decía más arriba, como nuestros gatos viven más años es más frecuente la presentación de problemas de tipo degenerativo y tumoral, muchos de los cuales están relacionados con la edad. Hay tumores que pueden presentarse a edades muy tempranas, incluso en gatitos recién nacidos, y otros son más típicos de edades avanzadas ( tumores del aparato digestivo, tumores testiculares, tumores mamarios, etc.).
Cada especie animal tiene una frecuencia de presentación de determinadas neoplasias que es distinta, al igual que en unas especies se dan unos tipos y en otras otros. El caso de los tumores testiculares, por ejemplo, se ve muy escasamente en la clínica, lo que es debido a que los gatos se suelen castrar en la mayoría de las ocasiones y por ello es muy raro encontrar este tipo de tumores.
En el caso de los gatos también se ha visto que ciertas enfermedades de tipo infeccioso como la leucemia felina o la inmunodeficiencia felina van a predisponer a la aparición de determinados tipos de neoplasias debido a la afectación del sistema inmune que producen, algo que no se produce en el caso de los perros.
Cuando acudimos a la clínica con nuestro gato debido a que le hemos palpado un bulto o porque hay algún síntoma de enfermedad ( decaimiento, falta de apetito, adelgazamiento, vómitos, diarreas, etc.) o en una revisión rutinaria nos informan de que nuestro gato tiene un tumor o un cáncer lo primero que solemos hacer es ponernos en lo peor.
Desgraciadamente aún sigue habiendo un miedo irracional a las palabras cáncer, neoplasia o tumor y lo primero que pasa por nuestra mente es que nuestro querido minino va a morir debido a esta enfermedad.
Bultos, tumores, neoplasias hay de muchos tipos en nuestros animales y, gracias a Dios, en una gran mayoría de los casos se trata de procesos benignos que, una vez se hayan tratado de forma correcta, llevan a la completa curación de nuestra querida mascota.
En el caso de estas enfermedades, el tamaño que tenga la neoplasia en el momento del diagnóstico es muy importante. Hay tumores como pueden ser los lipomas (tumores de células grasas) que pueden alcanzar tamaños enormes, y cuando digo enormes me refiero a masas de más de un kilogramo de peso. Estos tumores benignos se curan con un tratamiento quirúrgico pero, obviamente, la cirugía será más fácil para el cirujano y menos traumática para nuestro gato si extirpamos un tumor de uno o dos centímetros y no uno del tamaño de un balón de balonmano.
En otras ocasiones, tumores de un tamaño insignificante son muy graves pues pueden ser neoplasias malignas que generan metástasis en otros órganos o que por su localización o al ser diseminados impiden su extirpación (parcial o completa) y en los que sólo se pueden emplear tratamientos paliativos ( quimioterapia, radioterapia, etc.) que mantengan a nuestro gato con una calidad de vida aceptable.
Dependiendo del tipo de neoplasia que padezca nuestro gato el veterinario nos planteará el o los tratamientos más aconsejables para el caso en concreto y nos dará un pronóstico y esperanza de vida media para nuestro gato. Ya he comentado antes que muchos tumores se curan por completo sólo con su extirpación quirúrgica, otros se curan por completo con quimioterapia y otros requieren tratamiento con quimioterapia, radioterapia, etc. para su completa curación o para que haya una remisión de la enfermedad durante el mayor tiempo posible, siempre y cuando la calidad de vida de nuestro gato sea aceptable.
Sí que debe quedar muy claro que SIEMPRE debemos hacer caso tanto al diagnóstico como a las posibilidades de tratamiento que nos ofrece nuestro veterinario, tanto en su centro como si nos ofrece la posibilidad de tratar a nuestro gato en un centro especializado (recordad que la radioterapia, quimioterapia, etc. son tratamientos que no están disponibles en todos los centros y que algunas terapias para el cáncer deben ser realizadas por especialistas en oncología).
En muchas ocasiones, tras un diagnóstico de un proceso neoplásico, el posterior tratamiento llevará a la curación completa de la enfermedad de nuestro gato. En otras ocasiones no podremos alcanzar la curación completa pero sí un periodo de remisión largo y con muy buena calidad de vida antes de que la enfermedad empeore. Por último, hay ocasiones en las que poco podemos hacer por nuestros animales, sobre todo en procesos muy avanzados y sólo podremos intentar evitar su sufrimiento durante más tiempo.
Tal y como ocurre en los seres humanos es muy importante un diagnóstico precoz de estas enfermedades pues así la posibilidad de curación completa o durante largos periodos de tiempo es mayor. Ante cualquier sospecha de neoplasia es conveniente visitar a nuestro veterinario. Recordad que un bultito de un par de milímetros puede llegar a ser más peligroso que un bulto del tamaño de un melocotón. La importancia está en el tipo de células neoplásicas y su capacidad de actuar en el mismo sitio y/o a distancia.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info