Navidades sin riesgos.
Navidades sin riesgos. En estas entrañables fiestas debemos ser muy precavidos para evitar que nuestros queridos animales corran riesgos innecesarios. Cosas a las que no damos importancia pueden poner en riesgo la vida de nuestros queridos compañeros.
Navidades sin riesgos. En estos días comienza una época de felicidad en la que a todos nos gusta compartir buenos momentos con los que más queremos e, inevitablemente, eso nos lleva a cometer excesos, sobre todo en la alimentación.
Empiezan las conocidas «comidas de Navidad» y en ellas están las comidas de amigos, las de empresa y, las más peligrosas para nuestros pequeños animales, las comidas familiares.
Como hemos asumido que nuestros animales son un miembro más de la familia, esto nos lleva incluirlos en estas comidas familiares y, excusándonos en tan señalada fecha, los atiborramos de comida tanto o más que a nosotros mismos.
Quien no tenga elevados los niveles de azúcar o de colesterol en sangre sólo se preocupa por si tan altas ingestas de comida le pueden producir un ardor de estómago o, lo que suele ser más temido, una elevación de peso a la que luego, con los consabidos propósitos de principios de año, intentaremos rebajar antes de que llegue la temporada de ponerse los bañadores.
Hay unos estudios de una marca de comida para animales en las que hace unas equivalencias muy ilustrativas sobre lo que supone para un perro o un gato el darle ciertos premios. Por poner unos ejemplos, 25 gr. de queso a un perro de 10 kilos, equivale a que una persona se tome dos magdalenas grandes. Para un gato de 5 kilos, esos gramos de queso equivaldrían a tres hamburguesas y media para una persona.
¿Consideramos una barbaridad tomarse tres hamburguesas y media? Pues debemos tomar nota y no incurrir en el mismo error con nuestros animales.
Las comidas de Navidad pueden originar una serie de problemas a los que no les prestamos atención pero que pueden, incluso, poner en riesgo las vidas de nuestros animales. Aunque esto pueda pareceros una exageración voy a enumerar una serie de estos problemas:
-Ingestión de huesos, sobre todo las palas de las chuletillas y los huesos que pueden astillarse. Esto puede originar una obstrucción de las vías aéreas si quedan encajados ( caso de las chuletillas) en la zona faríngea, o puede originar obstrucción a nivel intestinal por taponamiento o por las lesiones irritativas de trozos astillados. Es más rara pero puede darse la perforación.
-Procesos de vómitos y/o diarreas debido a la ingestión de algo que esté en mal estado o que no le siente bien a nuestro animal.
– Crisis diabéticas en animales que ya están diagnosticados o en los que son «prediabéticos». Recordad que la familia puede ser consciente de ello pero los visitantes no y pueden dar a nuestros animales productos que tengan prohibido.
– Pancreatitis agudas debido a un alto consumo de grasas ( recordad que no es lo mismo un polvorón o un mantecado en una persona que en un animal).
– Sobrepeso y obesidad. Estas son enfermedades que a medio y largo plazo van a ocasionar graves trastornos en nuestros animales. Podemos citar problemas de articulaciones, problemas cardiacos, insulinorresistencia, etc. que sí que son graves enfermedades y, lo peor de todo, es que podrían haberse evitado.
Yo me dedico al cuidado de la salud de nuestros animales y vivo de ello. Desde un punto de vista egoísta y meramente comercial me interesaría que todos los animales comieran fatal y enfermaran debido a ello y así tendría más visitas en la consulta pero, gracias a Dios, ni yo ni ningún otro compañero veterinario estamos por esa labor. En la Clínica tenemos como objetivo primordial la prevención de enfermedades y, tal y como ocurre en las personas, la dieta es la base de una buena salud y eso es lo que recomendamos.
Hay premios preparados para nuestros animales y, cuando queramos darles una alegría, deberíamos utilizar esos premios y, por supuesto, descontar esas calorías de más de la ración de alimento diario para así evitar el exceso de ingesta calórica.
No sólo hay riesgo con la alimentación durante estas fechas. NUNCA debemos olvidar otros riesgos potenciales para nuestras mascotas como son:
– Los objetos de decoración: si son pequeños nuestros perros y gatos pueden ingerirlos ocasionando cuadros obstructivos o intoxicaciones dependiendo de los materiales. Aquí podemos citar los objetos decorativos del árbol, los espumillones y cintas entre otros.
– Los cables eléctricos: sobre todo los cachorritos, que son los que tienen mayor curiosidad, pueden mordisquearlos y sufrir una electrocución. Pueden producirse graves lesiones en la boca y alteraciones a nivel cardiorespiratorio y neurológico poniendo en riesgo la vida del animal.
– Los juguetes: deben estar adaptados a la especie y al tamaño para evitar problemas como la ingestión de fragmentos o la intoxicación. Aquí también quiero mencionar las pilas de los juguetes, que son peligrosísimas tanto por el riesgo de obstrucción como de toxicidad.
– Las bebidas alcohólicas: puede parecer una tontería pero aún hay quien cree gracioso que un perro beba cerveza, vino, etc. Las bebidas alcohólicas son muy tóxicas para nuestros animales y dañan gravemente su hígado. Si se lo damos no estamos haciendo una gracia sino que estamos maltratando a nuestro animal.
La salud es muy importante y sólo nos acordamos de ella cuando nos falta. El mejor regalo que les podéis hacer a vuestros queridos compañeros estas navidades es eso: SALUD. Para ello no olvidéis que es fundamental controlar la alimentación.
Queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas y donde podremos solucionar todas las dudas que tengáis sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Feliz Navidad y salud para todos.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info