Otitis en el gato, un problema que, al igual que ocurre en los perros, se da con relativa frecuencia y tiene diversos orígenes.
Ya decíamos que la otitis no es una enfermedad en sí. Otitis significa inflamación del oído. En este artículo, tal y como hicimos en el del perro, nos referiremos a las otitis que afectan al oído externo( desde el pabellón auricular a la membrana timpánica). Esta inflamación del oído puede deberse a diversas causas:
– Presencia de parásitos: son muy frecuentes las otitis producidas por parásitos. Entre ellas destaca la producida por Otodectes cynotis y la vemos con mucha frecuencia en gatitos jóvenes, recién adquiridos y, sobre todo, en los de pelo largo.
– Problemas de tipo alérgico: donde podemos mencionar la alergia alimentaria y la atopia, en las que, junto a problemas de picor en cabeza y cuello, también aparece el picor en los oídos.
– Presencia de cuerpos extraños: aunque en la práctica es menos frecuente que en el caso de los perros.
–Extensión de procesos de vías aéreas y otras regiones del oído: donde tenemos que destacar los pólipos nasofaríngeos, oído medio, etc. y que pueden atravesar la membrana timpánica.
– Procesos neoplásicos que afecten a la mucosa o a la piel del oído externo: entre las que tenemos, por ejemplo, el carcinoma de células escamosas, cistoadenomatosis apocrina, etc.
– Procesos de tipo inmunomediado: donde podríamos citar, por ejemplo, el pénfigo.
Hay más procesos pero creo que con destacar estos es más que suficiente. Muchos de estos procesos van a originar un crecimiento de bacterias y/o de levaduras que habrá que controlar pero que no son, de ninguna manera, el origen de la enfermedad.
Cuando un gato tiene afectación de los oídos podemos notar que se rasca mucho la zona y que pueden presentarse lesiones por el rascado. Puede también presentarse secreción auricular, mal olor, ladeamiento de la cabeza y puede acompañarse también de otra sintomatología ajena al problema de los oídos.
Si sospechamos de una Otitis en el gato, debemos contactar con nuestro veterinario. Ya decíamos en el caso del perro que ante una otitis la solución no consiste en poner unas gotas. HAY QUE DIAGNOSTICAR el proceso. Para ello, en la consulta, el veterinario realiza un examen general del gato ( ya hemos comentado que hay enfermedades sistémicas que tienen manifestación en los oídos) y luego una exploración minuciosa de LOS DOS oídos, no sólo del que sospechemos está afectado.
A veces hay que recurrir a sedar al gato tanto para realizar la exploración como para realizar pruebas diagnósticas complementarias o tratamientos como extracción de cuerpos extraños o limpieza del conducto externo.
Una vez que se llega al diagnóstico, que a veces requiere la realización de citologías del exudado (buscando parásitos, bacterias, levaduras), biopsia (procesos inmunomediados, neoplasias), analíticas o radiografías, etc., ya podremos instaurar el tratamiento adecuado, el cual puede ser sólo tópico o también sistémico.
Las Otitis en el gato, tal y como ocurre en el perro, son procesos dolorosos y molestos que disminuyen la calidad de vida de nuestros animales. Si no se pone remedio pronto, estos procesos pueden cronificarse y dificultan mucho o, incluso, impiden la curación completa de la enfermedad.
Más información de enfermedades del oído de los gatos.
Quiero aprovechar para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) disponemos de un Servicio de Urgencias 24 horas, así como del teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), operativo también las 24 horas y donde podemos resolver todas las dudas que tengáis sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info