¿Es peligroso anestesiar a un gato?

¿Es peligroso anestesiar a un gato?

¿Es peligroso anestesiar a un gato?

¿Es peligroso anestesiar a un gato? Durante la práctica clínica veterinaria es muy frecuente el tener que recurrir a la anestesia de nuestros pacientes felinos, tanto para poder realizar pruebas que pueden ocasionarles dolor, como para realizar cirugías.

¿Es peligroso anestesiar a un gato? La anestesia es una práctica muy común en la medicina veterinaria. En muchas ocasiones tenemos que recurrir a ella para poder llegar a un diagnóstico o para poder resolver una enfermedad.

Sí es cierto que la anestesia está rodeada de muchos mitos y leyendas urbanas que ocasionan que los propietarios tengan miedo, incluso pánico, cuando les comentamos que debemos sedar o anestesiar a sus mininos.

Hay muchos animales que, por su carácter ( miedosos, nerviosos, agresivos) y, sobre todo, si están doloridos, es muy difícil el poder manejarlos sin recurrir a su tranquilización. Podemos poner un ejemplo de un gato con una fractura reciente en una extremidad. Tanto si ya de por sí tiene un carácter que dificulta la exploración, como debido al dolor que padece por la fractura, en muchas ocasiones es imposible realizar una buena exploración de la zona de fractura así como la realización de radiografías y, por supuesto, la resolución de la fractura.

Con la sedación de un paciente no sólo se facilita el manejo del mismo sino que, además, se reduce el estrés que padece el animal y evita que el daño tisular pueda agravarse. En ocasiones llegan animales con cuadros respiratorios severos de intensa disnea y una de las medidas que se adoptan es el de sedar al animal ya que de esa forma se mejora la respiración al controlar la ansiedad que tal cuadro le está produciendo.

Es mucho más habitual tener que recurrir a la tranquilización o a la anestesia en los pacientes felinos que en los perros ya que los gatos son más difíciles de manejar en la clínica y antes situaciones estresantes pueden volverse muy agresivos.

Hay pruebas que requieren la sedación o anestesia de un gato para poderlas realizar y que nos puede parecer excesivo, pero hay que tener en cuenta que un gato no sabe que debe estarse quieto para hacerle una radiografía (y más si es de una fractura), Realizar punciones para mielografías, endoscopias, tratamientos de derrames torácicos, etc.

En el caso de intervenciones quirúrgicas, qué vamos a decir. En ellas se debe controlar perfectamente el dolor y el estado de consciencia del animal para realizar la intervención con el máximo de seguridad posible ocasionando al paciente el menor daño tisular, dolor y estrés posible. Aunque pueda parecer extraño, el dolor y el estrés dificultan y retrasan tanto la recuperación del paciente tras la intervención como la curación de la misma a la vez que ocasionan trastornos como alteraciones en el ritmo y frecuencia cardiaca y variaciones en la presión sanguínea.

Cuando un veterinario recomienda a un cuidador el uso de una sedación o una anestesia, siempre se hace pensando en el bienestar del paciente. Es obvio que estas prácticas tienen un riesgo potencial ya que van a afectar a muchos sistemas orgánicos, pero siempre se recomienda basándonos en una relación riesgo/beneficio.

En ocasiones hay animales cuyo estado desaconseja una anestesia general porque esa relación riesgo/beneficio se inclina mucho hacia el riesgo, pero hay que tener presente que si no se realiza esa anestesia no se va a poder solucionar el problema.

Hay una estadificación de riesgos anestésicos desde muy bajo riesgo a un riesgo elevado, que suele ser en aquellos pacientes que, incluso con la cirugía, tienen un riesgo grande de morir.

A día de hoy se utilizan distintos tipos de anestesia, los cuales dependerán de una serie de variables tales como la especie del paciente, raza, edad, sexo, tipo de patología, enfermedades concurrentes, apetencias del cirujano y del anestesista, etc.

En la clínica estamos acostumbrados a escuchar frases del tipo: «¿le pasará algo a mi gato con la anestesia?», «¿cuánta anestesia le van a poner?», «sé de un gato que se murió porque le pusieron anestesia de más», «le pondrán anestesia inhalatoria, que es la mejor, ¿no?», «con las pruebas de anestesia ya no hay peligro, ¿no?», «le pondrán poca anestesia, ¿no?», etc., etc.

Cuando debemos proceder a sedar o anestesiar un gato, siempre hay un riesgo implícito en tal acto pero, no olvidemos que también lo hay cuando vacunamos o utilizamos algún medicamento. Siempre puede haber alguna reacción anómala a un medicamento y, los sedantes, analgésicos y anestésicos son también productos de este tipo.

Siempre que se usa un  producto para prevenir, diagnosticar o tratar a un animal enfermo se hace sabiendo que el beneficio que obtenemos con su uso es muy superior que el riesgo potencial que entraña su uso. A día de hoy la anestesia está muy evolucionada y se usan unas pautas muy controladas y que minimizan mucho el riesgo de tales actos.

Antes de proceder a anestesiar a un paciente se le hace su reconocimiento y un control preoperatorio para ver el estado en el que se encuentra el paciente y si hay alguna patología que nos haga aplazar temporalmente el acto quirúrgico o utilizar una determinada técnica anestésica que esté más acorde con el estado del paciente. Hay un dicho que reza: » No existe una anestesia buena sino un buen anestesista». Esto quiere decir que la anestesia no depende sólo de la técnica empleada sino que es muy importante el saber emplearla y estar habituado a ella, contando con todos los medios de control que ayudan a vigilar el estado del paciente mientras está anestesiado y mientras se recupera de dicha anestesia.

La anestesia es un procedimiento al que no debemos tener miedo, pero sí respeto. Con esto quiero decir que cuando nuestro veterinario nos dice que debe proceder a sedar o anestesiar a nuestro gato debido a que es necesario para resolver su problema, debemos pedir que nos explique el por qué debe hacerlo y las ventajas de su realización y riesgos potenciales. Debemos quedarnos tranquilos y satisfechos con las explicaciones que nos faciliten y tener claro que era necesario hacerlo.

Actualmente los riesgos de la anestesia, con una buena técnica en manos experimentadas, son muy bajos en relación con el beneficio que obtenemos para la salud de nuestros animales. Tal y como decía más arriba no existe el riesgo cero ( y quien lo diga nos está engañando), pero no debemos ponernos a temblar cada vez que escuchamos la palabra ANESTESIA y confiar en el buen hacer de nuestro veterinario cuando nos diga que debe recurrir a ella para explorar, diagnosticar o tratar a nuestra querido gato.

Queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis consultar vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info

 

 

 

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