¿Son peligrosos los gatos para las mujeres embarazadas? Hoy hablamos sobre la toxoplasmosis, enfermedad parasitaria de los gatos que puede afectar a las personas.
¿Son peligrosos los gatos para las mujeres embarazadas? Cuando hablamos en el artículo anterior sobre los parásitos que podían afectar a nuestros gatos, os dije que dedicaríamos un capítulo aparte a esta enfermedad zoonótica: la toxolplasmosis. Recordad que enfermedad zoonótica o zoonosis quiere decir que es una enfermedad que los animales pueden transmitir a las personas.
Cuando una mujer se queda embarazada y acude a sus revisiones ginecológicas, una de las primeras preguntas que suelen hacerle es si tiene gato en casa. Si la respuesta es afirmativa el ginecólogo suele poner el grito en el cielo y casi podríamos decir obliga a la buena mujer a arrojar a su gato del hogar como si de un apestado se tratara.
La falta de información origina muchos problemas y, en este caso, es responsable del abandono de muchos gatos por pensar que son fuente de graves enfermedades.
La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria que es producida por un protozoo llamado Toxoplasma gondii. Muchos gatos adultos pueden padecerla, pero de manera asintomática, siendo en los gatitos y en animales que padezcan algún proceso inmunosupresor donde puede manifestarse de forma más o menos grave dependiendo de los órganos afectados.
El parásito puede entrar en el gato cuando este se traga los ooquistes eliminados en las heces de otros gatos afectados. También puede adquirir la infección al comer animales que caza tales como ratones, pequeñas aves, algunos invertebrados como cucarachas, lombrices, etc.
Cuando se ingieren las formas infestantes pasan del intestino a otros órganos a través de la sangre y la linfa y se dirigen a corazón, bazo, pulmones, cerebro, etc. y allí se forman quistes que pueden permanecer sin producir problemas durante toda la vida del gato o, por el contrario, e situaciones de inmunodepresión pueden volver a activarse, movilizarse las formas y eliminarse por el intestino.
El gato puede ser asintomático si hay un buen sistema inmune pero pueden aparecer cuadros de diarrea junto con síntomas inepecíficos como fiebre, apatía, decaimiento, anorexia, etc. En otras ocasiones los síntomas son más serios con afección del hígado y vías biliares, músculos, ojos y sistema nervioso.
Cuando acudimos a la clínica porque nuestro gato no se encuentra bien, será el veterinario quien, poyado en una buena recogida de información, examen general de nuestro gato y pruebas complementarias tales como análisis coprológicas, análisis de sangre y pruebas serológicas, llegará al diagnóstico del proceso y procederá a instaurar el pertinente tratamiento sintomático según las alteraciones que padezca el gato y un tratamiento etiológico (frente a la causa del problema que, en este caso, es el Toxoplasma).
En este caso vuelve a resultar de extrema importancia la PREVENCIÓN. Para ello debemos evitar alimentar a nuestro gato con carne cruda; evitar que pueda ingerir las presas que caza (tales como pajarillos, ratones, etc.); debemos limpiar todos los días su bandeja sanitaria; realizar controles antiparasitarios periódicos tras realizar estudios coprológicos; etc.
Visto esto, que es lo que afecta al gato en sí, vamos a comentar la importancia que tiene esta enfermedad para la salud de las personas. Los seres humanos podemos adquirir este parásito de diversas maneras y es normal que hayamos tenido contacto con él a lo largo de nuestras vidas sin que resulte en ningún problema. El riesgo viene cuando se trata de personas con problemas en su sistema defensivo y las mujeres embarazadas.
Aquellas personas afectadas por cuadros de inmunosupresión como pueden ser las afectadas por el virus VIH, personas que reciben tratamientos inmunosupresores tras un trasplante, personas en tratamientos de quimioterapia, etc., pueden sufrir la reactivación de quistes que estaban silentes y las formas parasitarias se movilicen a diferentes localizaciones originando problemas más o menos severos o puede que padezcan una grave enfermedad si es la primera vez que contactan con el parásito.
En el caso de las mujeres embarazadas el riesgo está en que unaprimoinfección puede hacer que los parásitos pasen al feto originando lo que se conoce como una toxoplasmosis congénita, la cual tiene consecuencias muy graves tales como abortos, muerte neonatal, alteraciones del sistema nervioso central muy graves que llevan a la muerte o a que los niños que sobrevivan tengan una muy mala calidad de vida.
Para prevenir esto se deben tomar medidas que, por lo demás, son muy sencillas de poner en práctica. Ante todo no debemos asustarnos por el hecho de tener un gato en casa si una mujer se queda embarazada. Por otro lado no tenemos por qué adoptar medidas drásticas como es la de deshacernos de nuestro querido gato pues nuestro gato en sí no representa un riesgo adicional para contraer la enfermedad.
Los gatos adquieren la enfermedad y eliminan las formas del parásito en las heces. Estas formas deben madurar a lo largo de un periodo de varios días para poder ser infectantes. Cuando un gato elimina estos parásitos en el campo al defecar, se diseminan los ooquistes y al llover y al regar van a parar a las hortalizas que nos comemos, tales como pueden ser las lechugas. Si tomamos una lechuga mal lavada podemos adquirir la enfemedad. ¿Es por culpa de un gato? La respuesta es sí. ¿Es por culpa de MI gato? La respuesta es no. Por lo tanto, cumpliendo las siguientes normas básicas podemos mantener nuestro gato en casa sin problemas si una mujer se queda embarazada.
Veremos que hay normas que no tienen nada que ver con la existencia de un gato en casa y que son muy importantes de cumplir para evitar el riesgo potencial de adquirir esta enfermedad: debemos evitar comer carne cruda o poco cocinada; debemos lavar muy bien las frutas y verduras que vayamos a comer; debemos lavarnos las manos antes de comer, debemos utilizar guantes si hacemos labores de jardinería y también cuando limpiemos la bandeja de eliminación, algo que haremos TODOS los días para evitar que puedan madurar posibles formas parasitarias y hacerse infectantes; por último, debemos evitar que nuesros gatos ingieran los productos de sus cacerías (ratones, pajarillos, invertebrados, etc.).
Cumpliendo estas normas evitaremos los riesgos y podremos seguir disfrutando de la compañía de nuestros adorables felinos mientras esperamos la llegada de un nuevo miembro de la familia.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info