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¿Tengo que castrar a mi gato?

¿Tengo que castrar a mi gato?

¿Tengo que castrar a mi gato?

¿Tengo que castrar a mi gato? Esta es una pregunta que nos hacen casi todos los nuevos cuidadores cuando un gatito llega a casa.

¿Tengo que castrar a mi gato? La castración (orquiectomía) es una operación que se realiza en los gatos por diversos motivos: evitar comportamientos sexuales y montas no deseadas; modificación de ciertos comportamientos de eliminación indeseados (marcaje);  neoplasias testiculares; hernia perineal; traumatismos; etc.

En los testículos se produce la testosterona, hormona responsable del comportamiento sexual masculino. Cuando el gato macho alcanzan la madurez sexual, van a iniciar comportamientos como son el marcaje territorial, escaparse de casa cuando advierten la presencia de alguna hembra en celo, peleas para conseguir montar a una hembra, etc.

Todos esos comportamientos se pueden controlar con la castración. Además, como la testosterona está implicada en ciertos tipos de comportamiento agresivo, también ayuda a su control. Junto a esto tenemos que la castración es el tratamiento de ciertas enfermedades como son procesos inflamatorios (orquitis), neoplásicos (tumores testiculares) o que afectan a otros órganos influenciados por los andrógenos ( caso de la hernia perineal).

En el caso de los gatos la castración tiene también un beneficio añadido pues hay ciertas enfermedades víricas muy graves que pueden contraerse durante las peleas territoriales y las montas. Hablamos dela leucemia y la inmunodeficiencia felina. Al castrar al gato y evitar ese tipo de comportamientos estamos ayudando a prevenir que adquiera esas enfermedades.

La castración es una cirugía relativamente sencilla y segura siempre que se realice en las condiciones y con los medios adecuados. Es lo que se considera una cirugía ambulatoria pues el paciente se interviene y puede regresar a casa en unas pocas horas. Consiste en la extirpación de los testículos conservando normalmente el saco escrotal (bolsa testicular). Se incide la piel y túnicas envolventes del testículo, se liga el cordón espermático ( Conducto deferente y vasos sanguíneos) y se cierran las túnicas y la piel.

Tras la operación se suelen recetar antibióticos y antiinflamatorios durante unos días y se le puede poner a nuestro gato un collar isabelino, el cual se mantiene durante ocho días que es el tiempo requerido para una buena cicatrización de la herida y para quitar los puntos de la incisión si son de material no reabsorbible.

La tasa de hormonas masculinas en sangre irá disminuyendo y en un periodo de un mes ya serán visibles claramente sus efectos tanto a nivel comportamental como por los efectos que estaban provocando en otros órganos. En el caso de los tumores testiculares o procesos que afectaban exclusivamente al testículo, el problema quedará resuelto.

No debemos olvidar que la esterilización de los animales de compañía que no se dediquen a la reproducción tiene más ventajas que inconvenientes aunque debemos controlar sus efectos secundarios, pues también puede haberlos. Nos referimos a que nuestros gatos pueden ser más propensos a ganar peso, aunque esto es más manifiesto en las hembras, y también puede incrementarse el riesgo a padecer cálculos urinarios. Tanto un problema como el otro se pueden prevenir instaurando una dieta específica para animales esterilizados y llevando un control rutinario de su peso.

Queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis consultar vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info

 

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