¿Cómo puedo darle medicamentos a mi gato? ¿Cómo puedo darle medicamentos a mi gato? Medicar a nuestros gatos puede ser una tarea muy trabajosa y, en ocasiones, también peligrosa para nuestra integridad.
¿Cómo puedo darle medicamentos a mi gato? A lo largo de la vida de nuestros queridos compañeros vamos a tener que recurrir en muchas ocasiones a medicarlos para prevenir o tratar alguna de las enfermedades que puedan padecer. Esto puede resultar muy dificultoso en ciertos gatos y en ocasiones pueden poner en riesgo nuestra integridad física al intentar darle algún medicamento.
Los laboratorios farmacéuticos que se dedican a elaborar medicamentos para su uso en gatos intentan conseguir que esos medicamentos sean, además de efectivos, fáciles de administrar y que su efecto sea prolongado para que la pauta de administración sea lo más espaciada posible ( es mejor dar un medicamento cada 24 horas que cada seis u ocho horas).
Los principios activos de los medicamentos formulados para gatos son en muchas ocasiones iguales a los de los humanos y la diferencia entre los medicamentos de uso en gatos y los de uso en humana va a estar en la cantidad de principio activo y en el excipiente que lleva cada uno de ellos para facilitar su administración a nuestros gatos.
Podemos encontrar medicamentos formulados en comprimidos masticables, comprimidos recubiertos, grageas, cápsulas, soluciones, suspensiones, inyectables, pomadas, cremas, geles, apósitos, parches, pipetas pulverizadores, difusores,..
Como vemos hay muchas formas de presentación en los medicamentos y hay algunos que solo tienen una presentación, por ejemplo comprimidos, y en otros casos hay varias presentaciones (comprimidos, cápsulas, suspensión oral, etc.).
Dependiendo del uso del medicamento (preventivo, tratamiento de alguna enfermedad, etc.,) ese medicamento tendrá una o varias presentaciones. Cuando un medicamento tiene varias presentaciones podremos utilizar la que nos sea más fácil de administrar a nuestro gato, tanto por la dificultad de administración ( por ejemplo es complicado dar una cápsula grande a gatitos) como por la posibilidad de administrarla con una determinada frecuencia (no es lo mismo dar un antiparasitario en comprimidos cada tres meses que tener que medicar a diario, varias veces al día, para tratar una enfermedad cardiaca, por ejemplo).
Los gatos suelen ser más complicados a la hora de administrar algún medicamento que en el caso de los perros. A parte de la dificultad que podemos tener para administrar la medicación por vía oral también nos encontramos con que los gatos son neofóbicos a los alimentos, lo que quiere decir que es complicado que acepten un alimento nuevo sin problemas, y aquí podemos incluir a los medicamentos.
También nos encontramos con una situación que alarma a muchos cuidadores de gatos y es que tras administrar un medicamento hay gatos que empiezan a babear mucho y se imaginan que el gato se ha intoxicado. Eso se debe a que el sabor del medicamento les desagrada y no hay riesgo para el gato aunque lo que sí ocurre es que puede desperdiciarse medicación y que no tomen entonces la dosis adecuada.
Por todo esto es fundamental que en los gatos utilicemos, siempre que sea posible, medicamentos que estén expresamente formulados para ellos ya que la los laboratorios intentan que la forma de presentación y el sabor del producto sean idóneos para el gato.
Si hay que dar medicamentos por vía oral debemos utilizar la formulación que nos cueste menos trabajo de administrar. Si son comprimidos podemos darlos directamente en la boca si tienen sabor agradable o podemos esconderlos en algo que les guste mucho (una chuchería para gatos, por ejemplo). Si el gato no lo toma por sí solo y es un gato de fácil manejo, podemos abrirle la boca e introducir el comprimido hasta la base de la lengua y entonces se produce el reflejo de deglución y el gato lo traga sin problemas.
Hay gatos que no son fáciles de manejar e incluso pueden ponerse agresivos si intentamos forzarlos a que tomen el medicamento. En esos casos se puede recurrir a las formulaciones en jarabe, si las hay, o a disolver los comprimidos en un poco de agua y administrarlos con una jeringuilla para que el gato lo pueda ingerir más fácilmente. Una vez que le administramos el jarabe o el comprimido disuelto le mantenemos la boca cerrada para que no pueda echarlo y le masajeamos la zona de la garganta para estimular la deglución.
La jeringuilla con la que administramos el jarabe se coloca en el lateral de la boca, justo detrás del colmillo, donde hay un hueco entre el colmillo y el primer premolar.
Cuando el gato tampoco admite esta forma de medicarlo nos queda recurrir a esconder el medicamento en su comida, siendo más fácil si se trata de comida húmeda, y si también falla este sistema debemos hablar con nuestro veterinario para ver si se puede recurrir a otra forma de medicar al gato (inyectable por ejemplo) o si hay que recurrir a otro tipo de medicamento.
De todas formas es aconsejable acostumbrar a nuestros gatos desde pequeñitos tanto a manipular su boca como a tomar medicamentos (placebo), que nos eviten problemas para medicarlos cuando sean mayores ya que es más que probable que tengan que ser medicados en diversas ocasiones a lo largo de sus vidas.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info