Diabetes en el perro. Esta afección endocrina es similar a la del gato pero, a la vez, tiene sus diferencias.
Al igual que en el gato, la Diabetes en el perro es una enfermedad endocrina bastante frecuente. Se presenta en animales adultos, con edades superiores a cinco años, aunque puede presentarse, más raramente, a edades más tempranas.
La Diabetes mellitus, ya comentamos que es una enfermedad en la que se produce un aumento de la tasa de glucosa en la sangre y su aparición concurrente en la orina de los perros afectados. Podíamos decir que hay una clasificación de la diabetes en dos tipos:
– Insulinodependiente: similar a la diabetes tipo I en personas y en la que se destruyen las células productoras de insulina.
– No insulinodependiente: en la que se produce una falta relativa o una resistencia a la insulina. Esta es la diabetes que suele presentarse en los gatos pero que no se presenta en el perro, lo que va a ser importante a la hora del tratamiento.
En cuanto a los síntomas que podemos notar en nuestros perros, podemos citar cuatro síntomas característicos de la enfermedad: poliuria (orina mucha cantidad), polidipsia (bebe mucha agua), polifagia ( come mucho y tiene mucha hambre) y adelgazamiento y pérdida de peso. Esto es lo que normalmente nota el dueño de un perro diabético, aunque pueden aparecer otros síntomas, sobre todo si la afección ya lleva un tiempo, caso de las cataratas diabéticas ( de ahí lo de que los perros se quedan ciegos si toman dulces).
Recordad que, al igual que comentábamos en el caso de los gatos, una complicación que puede presentarse en el perro diabético es una cetoacidosis debido al uso de ácidos grasos para obtención de energía, lo que origina la producción de cetonas y dan lugar a una acidosis metabólica que PONE EN PELIGRO la vida de nuestro perro.
En la cetoacidosis el perro está apagado, letárgico, sin ganas de comer, con vómitos, deshidratación, etc. que rápidamente puede evolucionar a otras complicaciones que llevan al coma y muerte del perro afectado. Se trata, por tanto, de una URGENCIA VETERINARIA.
Cuando notemos los síntomas que hemos comentado de la diabetes mellitus o en un perro en tratamiento diabético aparezcan síntomas como los comentados para la cetoacidosis, debemos contactar con nuestro veterinario de confianza para que realice el oportuno examen del perro.
En la consulta se valora el estado general del perro. Hay que saber que hay animales con un estado prediabético o que están tratándose de diabetes, que se descompensan cuando aparecen situaciones de estrés u otras patologías. Es el caso, por ejemplo, de las hembras diabéticas cuando entran en celo y se descompensa la glucemia ( por ello se recomienda esterilizar a las perras diabéticas). En el examen del paciente también se realizan los oportunos análisis de sangre y de orina que nos ayuden a confirmar el diagnóstico. No basta con una sóla medición para decir que un perro es diabético sino que se estudia durante unos días.
Una vez que se confirma el diagnóstico de diabetes en el perro hay que instaurar el tratamiento. A diferencia del gato en el perro no sirven los hipoglucemiantes orales y hay que recurrir al uso de la insulina inyectada. Normalmente se requieren dos dosis diarias y mantener una dieta adecuada que evite las fluctuaciones de la glucosa sin control.
Se van realizando controles periódicos y así se ve si es preciso ajustar las dosis de insulina y si se puede espaciar su administración, a la vez que se controla que no aparezcan complicaciones derivadas de la enfermedad.
Queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), operativo también las 24 horas para atender todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidado de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info