Mi gata está embarazada.
Mi gata está embarazada. Durante el embarazo de nuestras gatas debemos llevar un control adecuado para asegurarnos de que todo se desarrolla como debe ser y para saber el momento del parto y los gatitos que deben salir.
Mi gata está embarazada. Este interesante proceso es el que discurre desde que se fecunda el óvulo hasta que se desencadena el parto. Durante todo este proceso es aconsejable tomar una serie de medidas para tener todo bajo control.
La gata tiene una serie de diferencias en su proceso reproductivo con relación a otras hembras como es el caso de la perra. Por lo pronto suelen llegar a la madurez sexual antes que en el caso de las perras, cuando alcanzan un determinado peso, lo cual suele ocurrir a partir de los cinco meses de edad. Aquí vamos a encontrar una variabilidad que puede deberse a la raza del gato.
Las gatas no van a mostrar los mismos síntomas y cambios de comportamiento que las perras cuando entran en celo. Así no se va a notar el aumento del tamaño vulvar ni vamos a ver la típica descarga sanguinolenta de las perras ya que las gatas son de ovulación inducida, esto es, ovulan cuando las monta el macho.
Las gatas son también poliéstricas estacionales, lo que quiere decir que existe una estación reproductiva que varía geográficamente y que coincide con las épocas de mayor número de horas de luz. Durante este periodo las gatas presentan varios ciclos ( si no se queda preñada o si no aparece ninguna patología). Hay gatas que tienen los periodos de celo muy aislados y hay otras en las que puede ser contínuo ( esa intensa y contínua estimulación hormonal puede favorecer la aparición de patologías del aparato reproductor ( quistes endometriales, hiperplasia quística endometrial).
Cuando una gata entra en celo podemos apreciar un cambio de comportamiento ( se frotan en sitios y es frecuente que lo hagan en las piernas de sus cuidadores, elevan el rabo, maúllan con más frecuencia, orinan más de lo habitual, etc.
Cuando el macho monta a la hembra se produce la ovulación y, si no hay ningún problema, se desarrollará la gestación o embarazo, que es un periodo de tiempo que dura unos dos meses aproximadamente.
Para saber si nuestra gata puede estar preñada podemos recurrir a hacer un diagnóstico ecográfico de gestación, más efectivo sobre los 22-25 días, donde podremos apreciar ya los latidos cardiacos. Según unas determinadas medidas que se toman y según el desarrollo de las estructuras fetales se podrá saber si el feto se desarrolla con normalidad, el tiempo aproximado de gestación y el que falta para el parto y, muy importante, sobre todo al final, poder saber si hay sufrimiento fetal y hay que inducir el parto o realizar una cesárea, algo que puede resultar muy útil en gatas braquicéfalas (las que tienen la cabeza ancha y el hocico chato) y en aquellas que tienen antecedentes de partos distócicos (en los que ya ha habido problemas y han requerido intervención médica o quirúrgica).
Como el diagnóstico ecográfico no es muy eficaz para conocer el número de fetos cuando su número es elevado (algo más habitual en la especie canina), se puede recurrir a realizar una radiografía en el último cuarto de la gestación y así saber el número exacto de fetos que deben nacer en el parto.
Cuando confirmamos que nuestra gata está preñada podemos cambiar su dieta a una más específica para este estado. Así hay en el mercado numerosas marcas que tienen alimentación específica para gestantes, lactantes y gatitos. Es importante dar una buena alimentación pues durante la gestación y lactación la gata va a destinar mucha de la energía que ingiere al desarrollo y alimentación de los gatitos.
Durante la gestación se puede producir la muerte de los fetos debido a múltiples causas. Cuando es en la primera parte de la gestación, suele producirse la reabsorción fetal y no nos daremos cuenta siquiera de que nuestra gata estaba preñada, salvo que hayamos hecho controles. Si es en la segunda parte de la gestación, puede producirse la expulsión de los fetos o también puede producirse un fenómeno conocido como momificación fetal y el feto se queda dentro de la matriz y se reabsorben las partes blandas pero no las duras y queda como una momia (de ahí su nombre).
Es también importante desparasitar a la madre para evitar la transmisión de parásitos internos y externos a los gatitos, así como que esté bien vacunada para que pueda aportar defensas a los gatitos.
Como ya dijimos en el caso de las perras, es muy importante evitar dar medicamentos sin prescripción de nuestro veterinario, que debe estar al tanto del estado de nuestra gata. Muchos medicamentos pueden resultar perjudiciales y originar la muerte de los fetos o alteraciones en su desarrollo.
Llegado el momento del parto, sobre los dos meses de gestación, la gata puede mostrarse más intranquila, buscando un sitio donde pueda parir sin ser molestada. También se puede apreciar una bajada de la temperatura corporal unas doce horas antes del parto. Podemos apreciar además una descarga mucosa por la vulva, intranquilidad, jadeos y que maúlle con más frecuencia. La mayoría de las gatas prefieren aislarse para parir por lo que no debemos estar encima de ellas para evitar que se estresen y puedan detener el parto.
Como siempre, queremos aprovechar para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) tenéis a vuestra disposición el Servicio de Urgencias 24 horas, así como nuestro teléfono de consulta, que aparece en la página (tuveterinario.info), operativo también las 24 horas y donde podéis consultar todas vuestras dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info