Una vez que nuestro perro ha alcanzado la madurez, que en razas pequeñas es sobre los diez meses, en las medianas y grandes sobre los doce a catorce y en las gigantes sobre los dieciocho a veinticuatro meses de edad, vamos a realizar un cambio en la alimentación. Ahora nuestros perros no comen para crecer sino que, una vez alcanzado su tamaño definitivo, van a alimentarse para satisfacer sus requerimientos energéticos, que van a variar dependiendo de cada perro en concreto.
Cuando nuestro perro alcanza su tamaño y peso adulto debemos intentar mantenerlo durante el resto de su vida. Muchas veces habremos visto tablas que nos dicen el peso que debe tener nuestro perro según su raza. Nosotros, en la clínica siempre les decimos a los propietarios de perros que eso son unos valores meramente orientativos, que lo importante es su condición corporal. Hay perros de una misma raza, edad y sexo que tienen una gran variabilidad respecto a su peso y condición corporal. Así, por ejemplo, un perro de raza Labrador puede pesar treinta kilos y estar en una condición óptima y otro, con el mismo peso, encontrarse con sobrepeso o, al contrario, estar demasiado delgado.
Otro factor importante a la hora de alimentar a nuestro perro adulto es el tipo de actividad física que realiza ya que no consume las mismas calorias un perro sedentario, que apenas da algún que otro paseo, que un perro que participa en pruebas de resistencia, agility, etc.
Aunque los perros no son personas y no eligen lo que quieren comer, como hacemos nosotros, sí que tienen preferencias por un tipo de alimento o por determinados sabores. Nosotros siempre aconsejamos la alimentación con comida seca (pienso) debido a que está muy bien balanceada, es cómoda de administrar y podemos controlar muy bien la dosis. Dentro de estas comidas las hay de mejor o peor calidad, de un sabor o de otro, con una textura u otra. Lo importante es que nuestro perro la tome sin problemas, que se de en la cantidad adecuada y que intentemos evitar el aportar más calorías a nuestro perro ( restos de comida, chuches, etc.).
El control de la alimentación de nuestro perro en la edad adulta es tan importante como en los cachorros. Debemos recordar que un exceso de calorías conducen a sobrepeso y obesidad, lo que va a facilitar la aparición de problemas tales como diabetes, problemas degenerativos articulares, enfermedades cardiacas, etc. Como todos estos procesos, al igual que ocurre con nosotros, se producen a largo plazo, no le damos importancia a la alimentación hasta que ya se ha instaurado el problema y, muchas veces, nuestro animal va a requerir cuidados o medicación de por vida debido a ello.
Como decía antes, cada perro va a requerir un aporte energético (calorías) que va a depender de su edad, raza, sexo, estado corporal, actividad, enfermedades que pueda padecer, etc. Por esto no vale dar a todos los perros las mismas calorías y sería interesante individualizar las raciones para cada animal en concreto.
En nuestra clínica, OLIVARES, en Granada, aconsejamos pesar a nuestros perros y con el peso y su condición corporal, establecer la cantidad diaria de alimento que debemos aportarle para mantenerlo en un estado óptimo. Como cada tipo de alimento aporta un número distinto de calorías, se deben personalizar las dietas para que el perro ingiera la cantidad adecuada a él.
Ante cualquier duda que tengáis sobre la alimentación de nuestros perros podéis contactar con nosotros en la Clínica Veterinaria OLIVARES, tanto en horario normal como en servicio de urgencias.
Recordad que la alimentación es uno de los pilares básicos de la salud.
Manuel Olivares, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES y tuveterinario.info/tuveterinario