La hipertensión en los perros: causas, tipos y tratamientos

La salud de nuestras mascotas es un aspecto fundamental que merece toda nuestra atención y cuidado. Entre las diversas condiciones que pueden afectar a nuestros compañeros caninos, la hipertensión es una afección que, a menudo, pasa desapercibida hasta que sus efectos se hacen palpables. 

En este artículo exploraremos en profundidad la hipertensión en los perros, desde su definición y detección hasta los tipos, riesgos, prevención y tratamientos disponibles.

Comprendiendo la hipertensión canina

¿Qué es la hipertensión en los perros?

La hipertensión en los perros, al igual que ocurre con los humanos, es el incremento de la presión arterial por encima de los umbrales considerados normales para la especie. Este fenómeno, aunque no siempre evidente en sus etapas iniciales, puede ser un indicador o consecuencia de otras complicaciones de salud subyacentes. 

¿Cómo medir la tensión de un perro?

La medición de la presión arterial en los perros, al igual que con las personas,  se realiza mediante un tensiómetro. Para obtener una lectura confiable, se deben realizar varias mediciones, no basándose en un único resultado, sino en un promedio de varias tomas

Este enfoque ayuda a mitigar las variaciones que pueden ser causadas por factores como el estrés o la ansiedad del animal en el momento de la medición.

¿Cómo saber si un perro tiene la tensión alta?

Según lo que nos haya indicado el tensiómetro, y la media que hayamos calculado de las mediciones, podemos empezar a identificar el tipo de tensión y empezar a sacar conclusiones.

  • Normotenso: Un perro se considera dentro del rango normal o ‘normotenso’ cuando su presión arterial es inferior a 140 mm de mercurio.
  • Hipertensión Leve:  Se diagnostica cuando las lecturas de presión arterial están entre 140 y 159 mm de mercurio. Aunque considerada leve, esta etapa debe tomarse en serio, ya que puede ser un indicador temprano de un problema subyacente.
  • Hipertensión Moderada: Lecturas entre 160 y 179 mm de mercurio.
  • Hipertensión severa-grave: Cuando la presión arterial supera los 180 mm de mercurio se considera una tensión severa. Esta condición representa una urgencia médica, ya que la presión arterial a estos niveles puede provocar daños agudos y potencialmente irreversibles en órganos vitales y sistemas como el cardiovascular y el neurológico.

Causas de hipertensión en los perros

Los factores detrás de esta afección pueden ser variados y a veces complejos. Las principales causas de la hipertensión en perros incluyen:

  • Hipertensión Situacional: Esta forma de hipertensión es similar al fenómeno de «bata blanca» en humanos, donde la presión arterial del perro aumenta temporalmente debido al estrés o ansiedad experimentados durante visitas al veterinario o en situaciones desconocidas.
  • Hipertensión por enfermedad:  En muchos casos, la hipertensión es secundaria a otras enfermedades. Trastornos renales y endocrinos o el hipotiroidismo pueden provocar un aumento persistente en la presión arterial. En estos casos, la hipertensión es un síntoma de una patología subyacente que necesita ser identificada y tratada para resolver la elevación de la presión arterial.
  • Ingesta de tóxicos: La hipertensión también puede ser causada por la ingesta de sustancias tóxicas como ciertos medicamentos, alimentos, o sustancias químicas a las que el perro puede estar expuesto accidentalmente

¿Qué riesgos supone para un perro tener la presión arterial alta?

La hipertensión no controlada puede desencadenar complicaciones graves, afectando tanto a nivel de órganos como a nivel neurológico.

Afectación a nivel de órganos

La tensión alta puede ser perjudicial para varios órganos vitales, conocidos como “órganos diana”

  • Ojos: Desprendimiento de retina, glaucoma, hemorragias oculares y situaciones que comprometen seriamente la visión del perro
  • Riñones: Falta de capacidad para filtrar y eliminar desechos, lo que puede llevar a enfermedades renales graves.
  • Corazón: La hipertensión impone una carga extra en el corazón, pudiendo causar hipertrofia del músculo cardíaco, insuficiencia cardíaca, y arritmias.

Afectación a nivel neurológico

  • Problemas cerebrovasculares: Esto incluye el riesgo de ictus o accidentes cerebrovasculares, donde la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro puede causar daño cerebral, afectando la función motora y cognitiva del perro.
  • Síntomas neurológicos: Desorientación, incoordinación, convulsiones, o incluso cambios en la personalidad.

Tratamientos

El tratamiento que se le realice a nuestro perro dependerá de la causa subyacente de la hipertensión. En casos en los que no hay una causa conocida (idiopáticos), el tratamiento se enfoca en reducir la presión arterial con medicamentos.

Sin embargo, en muchas ocasiones la hipertensión es consecuencia y sintoma de otra enfermedad que puede ser más grave. Tratar la hipertensión sin abordar la enfermedad causante no resolverá el problema de raíz y puede dejar al perro en riesgo de complicaciones adicionales.

Dado que la hipertensión es a menudo una enfermedad silenciosa, el monitoreo regular y las visitas al veterinario son esenciales para detectar y tratar esta condición antes de que cause daños irreversibles.

Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

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