Mi gato tiene diabetes.
Mi gato tiene diabetes. Al igual que pasa con los perros, esta enfermedad es también frecuente en nuestros gatos, aunque hay diferencias significativas.
Mi gato tiene diabetes. Imagino que la mayoría de vosotros habréis oído hablar de la diabetes en las personas e, incluso, es muy posible que conozcáis a alguien que la padece. En el caso de nuestros gatos es también una enfermedad que se presenta con relativa frecuencia y que debemos diagnosticar lo más pronto posible para controlarla cuanto antes. Como veremos más adelante, hay una serie de diferencias en relación a lo que ya vimos en el caso de los perros.
Podríamos definir la diabetes mellitus como una afección que se caracteriza por la presencia de niveles elevados de glucosa en la sangre (hiperglucemia) debidos a una deficiente producción de insulina o por la resistencia a la misma.
La diabetes mellitus canina es una enfermedad endocrina que puede tener diversas causas: por un lado tenemos que puede deberse a una enfermedad de tipo autoinmune que origina la destrucción de un tipo específico de células del páncreas, las células Beta, que son las que producen la insulina.
En otras ocasiones lo que se produce no es un daño inmunitario a esas células sino que se produce una abiotrofia (que es una degeneración o pérdida de funcionalidad) de esas células, o una aplasia (desarrollo incompleto o defectuoso) de las mismas.
En otras ocasiones nos encontramos con la posibilidad de que haya una destrucción del tejido del páncreas tal y como puede ocurrir en casos de pancreatitis, procesos neoplásicos pancreáticos, etc.
Por último, también podemos citar como causas de la diabetes la presencia de insulinorresistencia ( se produce y libera insulina pero no puede ejercer su misión) debido a distintos motivos.
En el caso de los gatos, en la mayoría de las ocasiones nos encontramos con que la diabetes se debe a que hay una insulinorresistencia a la vez que una insuficiencia por parte de las células beta pancreáticas, que son las que producen la insulina.
Se estudian a día de hoy las causas de estos problemas pero lo que sí que está comprobado es que la obesidad multiplica por 4 el riesgo de desarrollar diabetes en los gatos obesos en relación con los que están en un peso normal.
¿Qué síntomas podemos encontrar en nuestro gato que nos orienten a que padece una diabetes? En muchas ocasiones vienen propietarios de perros a la clínica para consultarnos debido a que notan que sus gatos orinan en mayor cantidad de lo que era normal. Efectivamente este es uno de los síntomas principales de la diabetes mellitus pero, cuidado, pues hay más enfermedades que producen el mismo síntoma (poliuria) como por ejemplo son la enfermedad renal crónica, enfermedades hepáticas, etc.
Junto a este aumento en la producción de orina está el que nuestro gato bebe más (polidipsia) y tiene polifagia (come mucho). Se pueden, en ocasiones, apreciar también problemas neurológicos (neuropatía periférica) y se pueden encontrar casos en los que los gatos pueden presentar debilidad de las patas traseras, tienen problemas para saltar, etc.
En los perros comentamos que las cataratas eran otro síntoma característico de la enfermedad. En el caso de los gatos, hasta no hace mucho se creía que no las padecían, pero recientemente se ha visto que sí que aparece cierta opacidad en los cristalinos aunque no se han detectado casos de ceguera como sí que ocurre en los perros.
Para diagnosticar la enfermedad se requiere la exploración del gato y la toma de datos. Además se necesitará la realización de análisis de sangre, orina y pruebas de imagen que nos ayuden a descartar otras enfermedades y poder confirmar el diagnóstico de diabetes. En el caso de los gatos es importante saber que suele presentarse una hiperglucemia por estrés (aparece debido al manejo del gato para poder realizar la extracción de sangre) y así los niveles de glucosa que se obtienen en el gato suelen ser superiores a los niveles normales.
El tratamiento de la diabetes en nuestros gatos persigue el mantener los niveles de glucosa dentro de unos valores razonables. Para ello se utiliza la insulina tal y como se hacía en los perros, normalmente inyectándola dos veces al día.
En casos en los que la diabetes se complica y hay un cuadro de cetoacidosis, veremos que nuestro gato está apagado, sin ganas de comer, con vómitos, olor del aliento como a fruta, dolor abdominal, deshidratación y todo esto puede llevar a una situación de coma y de muerte de nuestro gato si no se instaura tratamiento de urgencia en la clínica.
En los gatos, al ser la diabetes en muchas ocasiones debida a una insulinorresistencia o a una insuficiencia de las células beta pancreáticas, se puede intentar tratarla con el uso de hipoglucemiantes orales, aunque esto se suele dejar para los casos en los que los propietarios no puedan inyectar la insulina.
Como decíamos más arriba, la diabetes es más frecuente en gatos obesos pues parece que la obesidad favorece la insulinorresistencia. Es por ello que en ocasiones, al conseguir controlar el peso de nuestros gatos, se controle la diabetes sin que llegue a requerir el tratamiento con insulina. Por esto es muy importante el control periódico de la glucemia en los gatos pues si no lo hacemos se pueden producir casos de hipoglucemias que pueden resultar fatales.
Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info