Mi gato tiene una cardiomiopatía dilatada. Junto a la hipertrófica y a la restrictiva, esta es una de las afecciones del músculo cardiaco más frecuentes en nuestros gatos.
Mi gato tiene una cardiomiopatía dilatada. Dentro de las enfermedades que afectan al músculo cardiaco en nuestros gatos, podemos encontrarnos con la cardiomiopatía hipertrófica, de la que ya hemos hablado, la restrictiva y esta que hoy tratamos, la dilatada.
La cardiomiopatía dilatada consiste en una enfermedad del músculo cardiaco que da lugar a que se dilaten las cavidades cardiacas izquierdas sólas o junto a las derechas. Esto origina una disfunción sistólica y con ello hay una caída del gasto cardiaco y se ponen en marcha mecanismos compensadores que, en cuanto se ven superados, da lugar al desarrollo de una insuficiencia cardiaca congestiva.
Al igual que comentamos en el caso de los perros, la cardiomiopatía dilatada felina puede tener diversas causas. Así podemos citar causas de tipo infeccioso, genético, tóxico, metabólico, etc. En el caso de los gatos se ha comprobado que la deficiencia dietética en un aminoácido, la taurina, predispone a esta enfermedad. Hace años esto era algo bastante frecuente debido al desconocimiento. A día de hoy, la alimentación de nuestros gatos también lleva controlada el aporte de este aminoácido y por ello el número de casos ha ido disminuyendo.
¿Qué podemos notar que nos haga sospechar que nuestro gato padece esta enfermedad? Ya lo hemos visto en otras enfermedades que afectan al corazón de nuestros animales. Puede darse el caso de que llevemos a nuestro gato al veterinario para una revisión, chequeo o vacunación y sea en el examen del mismo cuando el veterinario pueda auscultar un soplo, detectar una arritmia, etc. y se proceda a realizar un estudio cardiológico.
En otras ocasiones es el propietario el que va a notar algún síntoma en su gato que le haga acudir al veterinario. Podemos apreciar en nuestro gato una disminución o ausencia completa de apetito, presencia de vómitos, disnea, paresia o parálisis de los miembros posteriores si hay tromboembolismo, etc. En la clínica se procede a realizar un examen general, se puede apreciar coloración violácea de las mucosas; se puede auscultar un soplo ( cómo iba a faltar nuestro querido amigo el soplo); se pueden auscultar crepitaciones debido al edema de pulmón; puede haber organomegalia abdominal y ascitis ( acúmulo de líquido en cavidad abdominal), pero es de menor entidad que en el caso de los perros y de presentación más rara.
Se proceden a realizar estudios complementarios con radiografías, ecocardiografía, electrocardiografía y analítica de sangre que nos lleve al diagnóstico del proceso que padece nuestro gato.
Una vez diagnosticado se procede a instaurar el tratamiento pertinente, el cual está orientado a controlar la insuficiencia cardiaca congestiva, mejorar la función sistólica del corazón, uso antiarrítmicos si es el caso y prevención y tratamiento de los fenómenos tromboembólicos.
Una vez instaurado el tratamiento, que a veces requiere terapia hospitalaria para los casos más graves, se procede con el tratamiento ambulatorio. Ya sabemos que aquí no acaba el tratamiento sino que se debe realizar un seguimiento periódico del caso para, viendo su evolución, decidir si se deben realizar cambios en dosis o en los medicamentos.
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Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info