Mi perro cojea de una pata delantera
Tanto en los perros adultos como los cachorros en crecimiento pueden padecer cojeras que no tengan relación con problemas en el desarrollo sino que se deben a otras causas. Así podemos encontrarnos con cojeras debidas a problemas óseos, musculares, articulares, dermatológicos y neurológicos. Sólo con nombrarlos ya nos debemos ir dando cuenta de que las causas de cojera pueden ser muchas y variadas.
En los problemas que afectan a los huesos nos podemos encontrar con traumatismos que ocasionen fisuras o fracturas. Estas se pueden localizar en los huesos de la mano, carpo (nuestra muñeca), cúbito-radio (antebrazo), húmero (brazo) y escápula (paletilla). Según el traumatismo (más o menos severo) y el hueso afectado, la cojera será más o menos marcada y, por supuesto, requerirá distintos tipos de tratamientos para solucionar el problema.
Como ya hemos comentado con anterioridad, si notamos en nuestros perros una cojera y no conocemos su posible origen (salto, caída, golpe, etc.), lo ideal es acudir a nuestro veterinario de confianza pues lo normal es que para el diagnóstico se precise de la realización de un estudio radiológico y según el problema ( fisura/fractura, tipo de fractura, hueso afectado, etc.) habrá que recurrir a tratamiento médico con antiinflamatorios y también a su resolución mediante la inmovilización del foco de fractura ( vendajes especiales, férulas ) o la resolución quirúrgica de la fractura.
Otras veces, sobre todo en los perros de edades avanzadas, el problema puede consistir en la aparición de una cojera aguda o que se agudiza en un momento dado. En estos casos podemos tener entre manos un problema de tipo neoplásico; un tumor de hueso. Obviamente, no siempre que un perro de edad avanzada cojee vamos a tener un tumor óseo ( osteosarcoma, por ejemplo), pero debe ser el veterinario quien realice el diagnóstico del problema. Recordad que en los perros mayores es más fácil la presentación de problemas degenerativos articulares o neurológicos que provoquen cojera. Los tumores de hueso pueden tratarse con cirugía, radioterapia, quimioterapia y según el tipo, tendrán mejor o peor pronóstico.
En los problemas musculares nos podemos encontrar con procesos traumáticos con roturas fibrilares ( tal y como le pasa a los deportistas), pero que también hay que diagnosticarlos en la clínica. Otras veces nos encontramos trastornos de tipo inflamatorio , inmunomediado o neoplásico que afecte al músculo, en una o en varias extremidades y hay que realizar un buen diagnóstico del proceso para poder instaurar el tratamiento pertinente.
Las cojeras que se deben a problemas osteoartrósicos pueden afectar a cualquier articulación de la pata delantera, pero son frecuentes en hombro y en codo. Pueden deberse a problemas del desarrollo, pero también pueden tener otros orígenes, como procesos traumáticos, infecciosos o inmunes que afecten a una o varias articulaciones. Volvemos a insistir en que el diagnóstico debe ser preciso pues según la causa del proceso el tratamiento va a ser distinto y es muy importante una buena resolución para minimizar al máximo el daño en la articulación.
Respecto a los procesos neurológicos debemos citar problemas en los nervios que inervan la extremidad anterior. Aquí nos encontramos con afecciones de esos nervios debidos a procesos traumáticos ( golpes, estiramientos, lesiones del plexo braquial, sección del nervio, etc.). Otras veces el problema no radica en la pata como tal sino en la columna vertebral y nos encontramos con lesiones en la columna cervical ( discopatías, neoplasias, etc.) que afectan a la inervación del miembro delantero provocando la cojera.
Por último, en relación con los procesos dermatológicos, podemos comentar que basta una simple espiga de gramínea, una astilla, un chicle pegado, etc. para producir una cojera. Las dermatitis que se presentan entre las almohadillas de la mano son muy dolorosas (como una quemadura). Estas dermatitis a veces se las producen nuestros perros al lamerse continuamente la zona debido a la presencia de un cuerpo extraño. Es importantísimo localizar la causa y poner remedio cuanto antes, intentando evitar que nuestro perro se siga lamiendo la zona (collar isabelino, por ejemplo).
En todas las afecciones que hemos visto y otras más que no hemos nombrado para no hace muy largo el artículo, el diagnóstico debe ser lo más preciso y rápido posible para lograr una rápida resolución del problema y evitando que se pueda perpetuar dificultando o impidiendo su completa resolución.
Nosotros, en la Clínica Veterinaria OLIVARES, en Granada capital (zona Palacio de Congresos), tenemos tanto el servicio de urgencias 24 horas al igual que el teléfono de consulta permanente para atender estos y otros problemas que puedan afectar a vuestros animales. Recordad que una atención rápida es importante para solucionar los problemas y evitar que se cronifiquen (lo que afecta a la calidad de vida de nuestros animales).
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES y de tuveterinario.info