Mi perro tiene epilepsia. Hay muchas enfermedades que pueden cursar con convulsiones, pero la epilepsia es una de las más frecuentes.
Mi perro tiene epilepsia. En los perros hay muchas enfermedades entre cuyos síntomas están las convulsiones. Una de esas enfermedades es la epilepsia, motivo bastante habitual de consulta en nuestra clínica.
Antes de nada vamos a intentar explicar lo que son las convulsiones. Podríamos decir que las convulsiones son movimientos involuntarios que se producen por una gran descarga neuronal, sincronizada, en alguna parte del tejido cerebral del perro.
La epilepsia puede ser de varios tipos, pero nos vamos a referir en este artículo a la más conocida por todos, la epilepsia idiopática. Es esta un trastorno crónico, que se prolonga en el tiempo y que hace que, de forma recurrente, se presenten los ataques convulsivos.
Las convulsiones pueden ser parciales o generalizadas. Las parciales afectan solo a alguna parte corporal, como por ejemplo los músculos masticadores, y así se mueven de forma involuntaria pero sin que el perro afectado pierda la conciencia. Esto origina que en muchas crisis epilépticas los perros babeen mucho y nos recuerda a los personajes de las películas cuando sufren algún ataque convulsivo.
En el caso de las convulsiones generalizadas, el perro puede mostrar alteración de la conciencia y movimientos en las extremidades, babeo, micción involuntaria, etc. Hay casos en los que podemos notar que nuestro perro está como «ido», lo que se conoce como ausencias, aunque se presenta de forma mucho menos frecuente.
Decíamos más arriba que existen muchas causas de convulsiones en los perros por lo que, para llegar al diagnóstico de la epilepsia idiopática, hay que descartar antes el resto de posibles enfermedades.
La epilepsia idiopática tiene una serie de características que nos pueden ayudar a sospechar que nuestro perro la está padeciendo:
– Edad de aparición del primer ataque: La edad en la que se presenta el primer ataque suele ser temprana, entre los seis meses de edad y los cinco años. Si aparecen los ataques antes o después de estas edades, hay que pensar en que la causa de las convulsiones puede ser otra.
– La raza también es importante pues se ha visto que hay razas en las que esta enfermedad se presenta con más frecuencia y que hay un carácter hereditario. Así podemos citar por ejemplo el Siberian husky, el Golden retriever, el Labrador retriever, etc.
También es importante tener en cuenta la forma de presentación de la crisis convulsiva. En el caso de la epilepsia idiopática va a se característica la aparición de cuatro fases en esa crisis:
1.- En primer lugar tenemos el periodo prodrómico, durante el cual el perro afectado puede empezar a manifestar cambios en su comportamiento. Es como si el perro presintiese que le va a suceder algo. La duración de este periodo varía en cada caso y no tiene que ser igual en todos los ataques.
2.- Aura, que es el momento justo previo al comienzo del ataque y en este periodo ya podemos empezar a notar algunas manifestaciones tales como movimientos musculares involuntarios. Este periodo tiene una duración menos a la del anterior.
3.- El periodo de ictus, que es ya la crisis convulsiva como tal. Su duración suele ser corta, sobre un minuto, aunque en muchas ocasiones, y sobre todo dependiendo de la severidad del ataque, nos puede parecer una eternidad.
Si esta fase se prolonga más de unos minutos se convierte en una urgencia y debemos contactar rápidamente con nuestro veterinario, ya que puede tratarse de lo que se conoce como un estatus epiléptico y puede poner en riesgo la vida o la recuperación completa del perro afectado.
4.- Periodo post-ictal. En este periodo el perro va recuperándose poco a poco del ataque. Suele encontrarse desorientado y, en ocasiones, puede presentarse incoordinación, ceguera, etc. que puede prolongarse de unos minutos a varias horas.
Una vez diagnosticada la enfermedad, para lo que ya comentamos que hay que hacer una buena anamnesis ( recoger toda la información posible del paciente), exploración general y neurológica básica, analítica y otras pruebas más específicas ( electroencefalografía, TAC, estudio del líquido cefalorraquídeo, etc.), pasamos a instaurar el tratamiento adecuado, si ello es pertinente.
Si los ataque son muy aislados en el tiempo y de baja intensidad, se deben vigilar esos parámetros. Si vemos que va aumentando, tanto uno como el otro, en ese momento puede ser que consideremos oportuno la instauración de tratamiento. Hay una serie de productos que se pueden utilizar y será el veterinario que ve al perro el que considerará el más adecuado para el caso en concreto.
Hay una advertencia que hacemos a los propietarios de perros cuando vienen a la clínica con esta patología. En las películas, cuando se ve que a una persona le da un ataque, inmediatamente se intenta evitar que se trague la lengua para evitar que se asfixie. En el caso de los perros, por su conformación anatómica esto no ocurre y si manipulamos la boca de un perro en medio de un ataque, podemos recibir una mordedura, por supuesto, completamente involuntaria.
Más información sobre problemas convulsivos en el perro.
Queremos recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada), tenemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para atender todas las dudas que tengáis sobre este o cualquier otro teme relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.
Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info