El por qué de volver a tratar esto se debe a que ya estamos en pleno invierno y hemos bajado la guardia frente a la enfermedad. Claro, como ahora no hay bichos, no hace falta ponerle ningún antiparasitario a mi perro ni vigilar nada. Craso error. Efectivamente, en nuestras latitudes, ahora mismo no se desarrolla el vector(mosquito) que transmite la enfermedad, pero, por eso mismo, debemos aprovechar y comenzar a proteger a nuestros perros.
¿Por qué hacerlo ahora? Si nuestro perro aún no está vacunado contra esta enfermedad, hay que recordar que la primera vez que se vacuna se requieren tres dosis espaciadas tres semanas entre cada una de ellas, con lo que si se vacuna en estas fechas, nuestro perro tendrá una buena protección cuando se inicie el periodo de máximo riesgo. Recordad que el mosquito que transmite la enfermedad se desarrolla mejor con temperaturas templadas, lo que quiere decir que prefiere la primavera y el otoño al verano.
La vacuna que existe en España a día de hoy no ofrece la protección total frente a la enfermedad, qué más quisiéramos los veterinarios y propietarios de animales, pero, según los estudios, este porcentaje de protección oscila sobre un 75%. Si a esto le sumamos el uso de productos repelentes del mosquito y seguimos las recomendaciones de manejo (evitar, dentro de lo posible, que nuestro animal salga al exterior durante las horas de máximo riesgo, que son desde el anochecer al amanecer), conseguiremos acercarnos cada vez más al 100% de protección.
En la Clínica recomendamos que nuestros perros se vacunen frente a la leishmaniosis y que lleven un antiparasitario adecuado durante todo el año. Tenemos casos diagnosticados de esta enfermedad debido a un mal uso de las medidas protectoras y eso se puede evitar siguiendo las normas que antes comentamos, pero que repito debido a su notable importancia.
Primero: Vacunar a nuestro perro antes de que se inicie la época de riesgo, siempre haciendo un control previo que descarte su contacto con el parásito.
Segundo: Utilizar los antiparasitarios adecuados, con efecto repelente sobre el mosquito transmisor, durante todo el año.
Tercero: Evitar, en lo posible, las salidas en horas de máximo riesgo (desde el anochecer hasta el amanecer) y usar mosquiteras en la caseta de nuestros perros.
No olvidéis que la leishmaniosis puede ocasionar una grave enfermedad a nuestros perros, que es potencialmente transmisible a las personas y que puede llevar a la muerte de nuestras queridas mascotas.
Preguntad a un veterinario sobre las pautas que podéis seguir para prevenir la enfermedad en vuestro perro y él os indicará la que mejor se adapta a su caso en concreto.