Mi gato tiene hongos.

La sospecha de que nuestro gato tenga hongos es un motivo muy frecuente de visita a la clínica.

Mi gato tiene hongos. Las enfermedades de la piel de nuestros gatos es uno de los motivos más frecuentes de visita a la clínica. Cuando el problema es la aparición de lesiones sin pelo, saltan las alarmas y lo primero que pensamos es que nuestro gato tiene hongos.

Ciertamente, la aparición de una o varias calvitas, sobre todo en cabeza y patas nos va a hacer sospechar que nuestro gato puede estar padeciendo un problema de hongos, pero no hay que olvidar que puede haber otros motivos.

Entre esos diversos motivos que pueden producir lesiones alopécicas en nuestros gatos podemos citar ciertos procesos infecciosos, parasitarios, heridas, neoplasias, etc.

Cuando tenemos un gatito recién adoptado, proveniente de la calle, de alguna tienda de animales o de algún criadero y vemos que aparece a los días de estar en casa alguna lesión de este tipo, posiblemente nos encontremos con una infección por hongos ( dermatofitosis), más conocida en las personas por tiña.

Si vemos alguna lesión de este tipo no debemos esperar a ver cómo evoluciona y debemos consultar con nuestro veterinario pues es importante un buen diagnóstico de la enfermedad. ¿Por qué? Porque puede que no sean hongos aunque lo parezcan; porque si lo son, pueden extenderse o contagiarse a otros animales de la casa y también porque, importantísimo, puede contagiarse a las personas que conviven con el gatito.

Cuando el cuidador acude con su gato a la clínica, una de las preguntas que más frecuentemente nos hacen es: «Si mi gato no tenía nada cuando llegó a casa y no ha tenido contacto con otros animales y ha permanecido siempre en el interior, ¿Cómo ha cogido esta infección?» La respuesta es que el gatito ya tenía los hongos causantes del proceso en su piel pero su sistema defensivo los tenía controlados. Cuando se produce una situación estresante para el gatito, como es el caso de la separación de sus hermanos,  una mudanza a un nuevo hogar, etc.,  su sistema defensivo falla y los hongos empiezan a crecer con rapidez y originan la enfermedad.

En muchas ocasiones, una vez que se normaliza la situación estresante, el sistema defensivo frena la extensión del proceso y lo elimina, lo que conlleva la curación de la enfermedad, incluso sin tratamiento. Otras veces, en cambio, el proceso se generaliza y adquiere un carácter mucho más grave.

Diagnóstico de los hongos.

El diagnóstico de esta enfermedad lo realiza el especialista en la clínica con las pruebas dermatológicas pertinentes, que pueden incluir el estudio del pelo, la observación de las lesiones con una lámpara conocida como lámpara de Wood, que emite una luz con una determinada frecuencia (parecida a la que se usa para ver si los billetes de banco son de curso legal) y cuando hay un determinado tipo de hongos dermatofitos estos emiten una luminiscencia especial (esto no se produce en todos los casos).

También se llega al diagnóstico mediante la realización de un cultivo especial para el crecimiento de los hongos (si los hubiera) y que se llama cultivo DTM donde se produce un determinado cambio de color del cultivo cuando crecen los hongos dermatofitos. Esto es muy importante pues cuanto antes se sepa a qué nos enfrentamos, antes pondremos el remedio adecuado.

Tratamiento de los hongos.

El tratamiento de esta enfermedad va a depender de las lesiones ( número y extensión), edad y estado del gatito. Así puede usarse un tratamiento local (tópico); otras veces un tratamiento local acompañado de baños específicos y otras veces hay que sumar a esto un tratamiento sistémico ( por vía oral) que sirva para curar al gatito y prevenir el contagio a otros animales o personas.

Es el veterinario quien debe aconsejar cuál es el tratamiento adecuado para cada caso en concreto y siempre debemos seguir sus instrucciones en cuanto al método de aplicación, dosis y duración del tratamiento. Recordad que los gatos son animales muy sensibles a las intoxicaciones y que el uso de un producto no formulado para ellos o con una dosificación errónea puede tener consecuencias fatales.

Como decíamos al principio, la dermatofitosis o infección por hongos es una de las causas más habituales de presencia de calvas en los gatos, pero no es la única. Otras enfermedades como las alopecias por rascado ( sarna notoédrica, demodicosis felina, alopecia areata, alergias, neoplasias, etc. deben descartarse antes de instaurar un tratamiento. Las lesiones son muy similares pero los tratamientos son completamente distintos dependiendo de la causa de esas calvitas.

Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info

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