Los gatos no siempre caen de pie. ¿Por qué?

Cuando un gato cae de una altura considerable suele hacerlo de pie, aunque hay determinadas circunstancias en lo que esto no es así y tiene graves consecuencias.

¿Por qué se caen los gatos?

Esta es la primera cuestión que debemos tener en cuenta. Los gatos son animales muy curiosos y ágiles, que trepan y se mueven por sitios insospechados tales como verjas, barandas, etc. Si el gato se distrae por algún motivo, o se asusta o se resbala debido al material por el que se desplazan, puede perder el equilibrio y caer al vacío.

Muchas veces hemos visto a los gatos desplazarse por esos sitios y nos quedamos boquiabiertos de su agilidad, pero quizá hemos visto menos veces cómo caen.

Cuando bajan de ciertas alturas los vemos saltar y caer perfectamente, pero no es lo mismo saltar que caerse. Nuestros gatos tienen muchos receptores sensitivos que les indican la posición del cuerpo. Así podemos citar este tipo de receptores en pelos de las almohadillas de las cuatro patas, las vibrisas, órganos de la visión (ojos) y del oído (audición y equilibrio), en uniones neuromusculares. El conjunto de toda la información que reciben de estos receptores se procesa rápidamente en el cerebelo y así, cuando el gato cae, se produce una respuesta refleja que tiende a que el gato adopte la postura necesaria para caer de pie. Esto hace que la cabeza intente tomar una posición equilibrada y con ello se equilibra el resto del cuerpo haciendo que los gatos caigan de pie.

Para que esto ocurra  el gato debe tener tiempo y posibilidad para poderlo hacer. No es lo mismo que el gato salte, se caiga o lo lancen. Si hay suficiente altura y no hay obstáculos, normalmente nuestros gatos caen de pie. Si chocan con algún obstáculo, por ejemplo un tendedero, pueden desequilibrarlos y que ya no tengan tiempo de volver a adoptar la postura de aterrizaje.

Qué es el síndrome del gato paracaidista?

No olvidemos que el hecho de caer de pie no significa que al gato no le ocurra nada pues según la altura de la que caiga el impacto será más fuerte y puede sufrir lo que se conoce como «Síndrome del gato paracaidista» y producirse lesiones en nariz, fracturas en huesos de la cabeza, fracturas de patas o de columna, traumatismos torácicos severos, etc. muchos de los cuales llevan a la muerte de nuestros gatos.

En mi experiencia clínica he visto gatos que han caído de un segundo piso y han sufrido fracturas de patas y otros que han caído de un octavo y no han sufrido ninguna fractura. Gatos que caen de un décimo piso y han sobrevivido mientras otros han caído desde un quinto y han muerto debido a las lesiones.

¿Qué hacemos si nuestro gato se cae desde una altura elevada?

Si vuestro gato sufre una caída desde una altura considerable, debéis contactar con vuestro veterinario de confianza. Recordad que muchas lesiones debido a las caídas son internas ( contusión pulmonar, hernias diafragmáticas, rotura de vejiga urinaria, etc.) y pueden poner en peligro la vida de vuestro gato si no se actúa con celeridad. Cuando vemos caer al gato podemos apreciar si ha caído de pie o no y eso es importante para saber qué lesiones son más fáciles de presentar.

En muchas ocasiones no apreciamos nada en nuestro gato pero sí pueden estar presentes lesiones internas que pongan en riesgo de forma inminente la vida de nuestro gato. Por ejemplo, un poquito de sangre en la zona de la nariz nos hace pensar en que se ha podido golpear la nariz y ya está pero, al examinar al gato, podemos encontrarnos con una fractura gravísima en huesos de la cabeza.

Por lo tanto, aunque creamos que nuestro gato ha salido indemne de su caída es IMPRESCINDIBLE hacerle una buena revisión que descarte la posible presencia de esas graves lesiones.

¿Cómo podemos prevenir las caídas?

Por todo esto quiero que recordéis que el hecho de que los gatos caigan de pie la mayoría de las veces, no significa que no les vaya a ocurrir nada. Si vivís en un piso y vuestro gato tiene acceso a ventanas y balcones, siempre existe un riesgo potencial de caída y debéis intentar impedirlo poniendo rejillas o cerrando las puertas y ventanas cuando el gato no esté bajo control y, por supuesto, si pillamos a nuestro gato asomado a la ventana o andando por una barandilla u otra zona peligrosa, hay que evitar asustarlo o distraerlo pues podemos facilitar su caída.

Conclusiones.

Los gatos suelen caer de pie siempre y cuando sea desde una determinada altura para que puedan adoptar la postura adecuada. El no ver lesiones aparentes en nuestro gato no significa que no las haya y, además, pueden ser muy graves. Debemos evitar los sitios peligrosos para nuestros gatos y nunca debemos asustarlos o distraerlos cuando están en esos sitios pues podemos facilitar que caigan.

Aprovechamos para recordaros que en la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) ponemos a vuestra disposición nuestro Servicio de Urgencias 24 horas, así como el teléfono de consulta que aparece en nuestra página (tuveterinario.info), también operativo las 24 horas para que podáis solucionar todas las dudas que os surjan sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud y cuidados de vuestros animales.

Manuel Olivares Martín, veterinario de la Clínica Veterinaria OLIVARES (Granada) y de tuveterinario.info

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